Por José Antonio Luna

El Nicaragüense en el olvido
En mi penúltima visita a Nicaragua-noviembre y diciembre de 2013- se me ocurrió ir al tiangue o mercado Roberto Huembes a buscar libros usados. Mi buen amigo, el periodista dariista Gustavo Adolfo Montalván Ramírez-quien me acompañó- me había advertido que los libros más raros, escasos y de los mejores autores de Nicaragua y del mundo estaban en esas librerías del mercado donde para encontrar un libro hay que hurgar en el laberinto de obras usadas. Y tenía razón. Entre los libros valiosos que encontré está El Nicaragüense del poeta Pablo Antonio Cuadra (1912-2002), cuarta edición que incluyó los escritos a máquina de PAC y un epilogo titulado “Sobre la universalidad del nicaragüense” de José Coronel Urtecho. Una edición cuidada por Luis Rocha y Martha Terán de Pasos. Impresa en Pinsa con fecha 15 de diciembre de 1971.
Un libro bastante maltratado con la portada borrosa y con señales de haber sido perforado con un objeto corto punzante en la parte media, aunque también pudo haber sido una bala.
Releyendo El Nicaragüense, he encontrado que Pablo Antonio Cuadra como poeta y como periodista sigue vigente en la historia de Nicaragua porque sentó las bases para la investigación científica del nicaragüense como pueblo y como individuo. Se atrevió a diagnosticar al nicaragüense; valoración que provoca pensar en la suma de características que hacen del nica, diferente entre individuos y por regiones al compararlo con otras compatriotas y otras nacionalidades. Detalles que, aunque parezcan lógicos, son vitales para la compresión cabal del pensamiento sociopolítico del nica, en otras palabras, lo que llamamos idiosincrasia nicaragüense.
Y en esta magnífica obra-diría vital obra- se pueden encontrar algunas pistas para intentar responder algunas preguntas que siguen sin respuesta sobre la trágica historia del pueblo nicaragüense. Pistas valiosas que se han olvidado. Detalles sencillos que PAC legó a las generaciones para descubrir al nicaragüense y su destino. Al nicaragüense dual. Al nicaragüense trotamundos. Al nicaragüense poeta. Al nicaragüense religioso, tradicionalista. Al nicaragüense del “medio real” que describió Squier. Al nicaragüense machista, etc. En fin, PAC intentó acertadamente encontrar lo que llamo “las raíces de nuestra cultura mestiza”.
La primera edición de El Nicaragüense publicada en 1967 tuvo bastante divulgación pese a la crisis política que atravesaba el país. Ese año estuvo cargado de acciones políticos y militares y un suceso trascendental: el centenario del nacimiento del padre del modernismo Rubén Darío (1867-1916).
Comenzó el 1967 con la masacre del 22 de enero. Y con un fraude electoral. El general Anastasio Somoza Debayle fue electo presidente de Nicaragua el 5 de febrero. En mayo tomó posesión de la presidencia… y la opresión y nepotismo se apoderó del país.
Volviendo a PAC y sus lecciones sobre el nicaragüense quiero reiterar detalles sobre el escrito “Reflexiones sobre la independencia” que nos plantea el dilema de la autoridad y el poder.
Dice al respecto de la quimera de la unión centroamericana que el resultado de la unión local de cada país, de cada pedazo de tierra del istmo, de cada ciudadano es una oportunidad para que gobernantes rapaces se impongan sobre el pueblo. Porque “en la medida que aumentamos nuestra desunión disminuimos nuestra independencia”. Sentencia vigente sin lugar a duda. Porque mientras más desunidos estén por partidos políticos le resulta más fácil seguir gobernando al que ostenta el poder.
Afirma PAC: “La autoridad viene del pueblo” dice el axioma democrático. Y toda esa frase entraña todo el sentido inverso que debemos darle a nuestra historia. Porque también la libertad viene del pueblo en cuanto no puede una nación ser libre con un pueblo sometido. Ni puede ser un país independiente con un pueblo dependiente. Ni puede unirse arriba lo que el Poder y la explotación desunen abajo”.
En otro escrito a máquina que PAC tituló: El pan del Corazón; hace una interesante exposición sobre el papel de la poesía en la sociedad. Casualmente hace unos días el profesor William Logan de la Universidad de la Florida y autor de varios libros de poesía, escribió un texto que publicó en la sección literaria de The New York Times que tenía el subjetivo nombre de Poetry: ¿Who needs it? donde hacia un análisis del poco interés que tiene en la poesía entre los estudiantes y hasta en la llamada intelectualidad de Estados Unidos. Hago esta comparación porque a más de 50 años de distancia esa misma interrogante tuvo que responder PAC a un bisoño periodista.
¿Dice Pablo Antonio Cuadra que a propósito de su libro antológico “POESIA” un estudiante universitario “que me entrevistó en la radio me preguntó?: Cree usted que la poesía tiene algún papel que desempeñar en la vida del hombre moderno?
El poeta no explica en su ensayo que le contesto al periodista, pero sí hizo una magistral argumentación sobre el desconocimiento de algunos “intelectuales” sobre el valor de la poesía en el desarrollo del pensamiento del hombre. Algunos detalles de este texto me parecen vigentes porque la poesía actualmente, a excepción de algunos poetas famosos es la cenicienta de la literatura porque como dije en un texto que titulé “ahora que los poetas escasean” muchos escritores quieren ser novelistas o cuentistas porque es más redituable.
Dice PAC: para los burgueses y comunistas hacer un poema no es una actividad productiva. Ni una actividad rentable. Pero ellos usan y gastan el material elaborado por los poetas y artistas y no reconocen su deuda, antes bien, creen que aquello que hablan o lo que contemplan y gozan lo inventaron en sus cortas y estériles vidas, cuando es el fruto de siglos o de milenios de poetas que trabajaron en la dura y desolada labor de la palabra para permitirles pronunciar-al menos-algunas frases sospechosamente humanas.
Pablo Antonio Cuadra, fundador del movimiento de Vanguardia ha sido tildado por algunos de conservador y hasta reaccionario como se acusó también a Octavio Paz. Pero cuando leemos textos como éste encontramos al poeta y periodista revolucionario que declara su apoyo a los adversarios de la injusticia y la opresión.
“De este falso planteamiento de lo poético en el terreno de la utilidad ha derivado sus consignas la literatura “comprometida”. Burgueses y comunistas vuelven a unirse contra el escritor cuando enfocan lo social. Cuando la mercancía se hace lagrima. Entonces, a unos les parece que la poesía es un lujo cuando hay miseria. A otros-y aquí citamos a Alberto Camus- “les parece que escribir ahora un poema sobre la primavera es servir al capitalismo. Yo no soy poeta-agrego Camus-pero no dudaría en firmar una obra así, si fuera bella. Y si el hombre tiene necesidad de pan y de justicia-y si hay que hacer lo necesario para satisfacer estas necesidades-también tiene necesidad de la belleza pura, es el pan del corazón”.
Finalmente, para desvirtuar toda duda sobre la importancia que le dió PAC a Rubén Darío este párrafo: La obra de arte es el equilibrio entre lo convencional y lo original. Pero un país debe comparar el beneficio de sus grandes poetas con los grandes puertos. Un Rubén Darío significa para la pequeña Nicaragua, en el orden de la cultura, como tener un New York en el orden económico. La cantidad de relaciones, de conocimientos, de valores éticos y estéticos, que entran por Rubén al pueblo nicaragüense son incalculables…
Creo que “El Nicaragüense” de Pablo Antonio Cuadra debería ser texto obligado en las escuelas secundarias porque este libro es la piedra angular de la cultura nicaragüense, un clásico, que por fortuna me encontré en la librería del tiangue Roberto Huembes. Sin lugar a duda esa tarde soleada de noviembre andaba con suerte.
Tampa, Florida, agosto 2014.

José Antonio Luna
Editor de www.escritoreslibres.org
Periodista, poeta y escritor nicaragüense,
vive fuera de Nicaragua desde 1985.
Obras:
Imágenes del tiempo I
VOCES DEL EXILIO-Antología de escritores nicaragüenses
¿DE QUÉ MURIÓ RUBÉN DARÍO?
Nicaragua en la encrucijada.
Editor de la reedición de Ars Moriendi y otros poemas
del poeta Horacio Pena.