Guillermo Menocal con sus 3 tomos de su Obras Completas
Enterrando mi pasado
(1966)
“A enterrar, no a ensalzar al César he venido”
(Shakespeare)
A: Iván Uriarte
Hoy voy a cerrar las puertas de mi pasado
porque quiero olvidar los azotes recibidos por la vida.
Quiero despojarme de la sombra de mi otro Yo,
que me calcina y atemoriza y no me deja penetrar
en un mañana incierto pero diferente;
por eso quiero no llegar cohibido
ni maltratado a mi destino,
deseo llegar confeso, libre de toda culpa, sin mácula,
preparado para una nueva faena, una nueva vida.
Quiero dejar atrás mi pasado
sin revancha, resquemor o remordimiento…
Hoy vengo dispuesto a incinerar mi pasado;
a esos espectros que llevamos
en nuestras sienes y en nuestros lomos:
frustraciones y humillaciones, fracasos y escarnios,
prepotencias, envidias, asperezas…
Quiero entrar en el futuro con la seguridad
de no tener que avergonzarme,
con la seguridad de haberme perdonado
cualquier delito,
de aquel día, tal lugar, mientras tanto, cuando…
Voy a borrar de mi memoria mi pasado.
Mi pasado que tanto me pesa dejar
y que he atesorado íntima y secretamente.
Hoy vengo a enterrar, Dios mío, mi pasado
que tanto amo y al que estoy aferrado
porque es asombro, sorpresas, recuerdos, dicha,
felicidad, aventuras, suspiros y deleites,
juventud que siempre transcurre
por nuestros afilados pensamientos y
es con lo único bueno o malo
con que puede contar el Hombre,
lo demás es “vanidad de vanidades”,
“una ilusión, un frenesí”.
Y sin embargo yo, que he acumulado tanto pasado,
como cualquiera de vosotros,
he resuelto desprenderme para siempre de él,
he decidido olvidarlo y dejarlo atrás, enterrado,
a ver si puedo sobrevivir en un futuro
donde me esperarán,
a través del Tiempo y la arruga,
otros pasados anónimos que amontonaré,
con sus alegrías y sus angustias,
confusión, pena, olvido…
vivimos adheridos a nuestro pasado,
como la vida convive con la muerte.
VEJEZ – 1996
Desagradable-repugnante es la vejez
y causa estorbo a la vida.
Achaque, arruga, asco, letargo,
en la decrepitud del anciano.
Todo es olvido y abandono
en el añoso cuerpo sin destello y pubertad,
falto de vigor, exento de chispa y lustre.
La ancianidad gesta demencia
en el vulnerable ser,
en la memoria y en el olvido…
¡Ah! La senectud arrastra al infeliz vetusto
al mundo de los inconscientes,
al terrible y desolado campo
de los huesos desnudos donde yacen:
el Tiempo. el Espacio, el Silencio y
los misterios de las cosas antiguas y desalmadas,
la alegría hecha piedra y malhumor…
Estas jóvenes núbiles,
que ahora estoy viendo, codiciosamente,
llenas de garbo y belleza,
delicadas mozas frescas,
de tersa piel y encanto femenil;
un día, como usted serán, añosa señora mía:
gajos de carne flojas colgando
de sus flácidos brazos,
la piel reseca, casi tostada y escamosa;
así, los pellejos como paperas
pendidos de la inferior mandíbula;
no omito, los pocos apretados,
cuitados y deformados glúteos
de los que un día se envanecieron, arteramente.
Es dolorosa
y profunda la tristeza en el ser senil
de encorvado, tardón y lerdo cuerpo.
Hay en el longevo un pasado olvidado;
una tenue luz sobria y grave
(que recorre desmemoriados momentos),
que busca un reposo que alivie,
el achaque, la arruga, el asco, el letargo,
de ese encorvado, tardón y lerdo cuerpo.
Postcriptum:
(¡Con voz de alerta!)
Lorena o Esperanza, Jorge Eduardo;
Katy, Juanita o Gloriantonia, Noel;
Consuelo, Yolanda o Martha, Guillermo;
todos nos alejamos ya
poco a poco sin quererlo,
sin darnos casi cuenta,
de nuestra divina juventud;
buscando inadvertidamente,
el umbral de nuestra vejez,
por los caminos de grises cabellos,
de un mustio otoño que,
cada vez mas penetrante,
vive arraigado y lacerante en nuestro ser.
ANDO BUSCANDO UN POEMA
INTERESANTE
(1997)
A: Francisco Valle
Ando buscando un poema interesante,
reflexivo y cautivante,
que abra el universo de mi pequeño rincón de vida
y me enseñe a conocer el orbe,
para tener la dicha
de vivir más seguro y tranquilo:
sin el terrible asalto de la duda
que menoscabe lo que tan poco
nos queda de nuestro aliento;
migajas de sombras que desvanecen…
Ando en busca del poema
que no encuentro todavía
para que me salve de la vida.
Leo ávidamente las páginas
de las últimas antologías,
y ensalivando las hojas
doy vuelta a las vidas
de los poemas contemporáneos
y no encuentro
más que palabras huecas,
vacías y someras
faltas de pensamientos
que me hagan sentir y reflexionar
sobre las preocupaciones profundas
del intrínseco Ser del Hombre que cargo
y de esos círculos ocultos enigmáticos
del vasto Universo.
Busco en el poema ciertos misterios persuasivos
que den sentido a los contornos
de mi esotérico y arduo vivir,
y aún no encuentro los versos
que despierten, conmuevan y sacien
mi espíritu de poeta insatisfecho y errante que
incesantemente busco:
el asombro,
el conocimiento,
la profundidad,
la Idea, el enigma de ese poema,
la emoción
que aún no experimento,
paro lo seguiré rastreando,
inexorablemente.
Guillermo Menocal Gómez, es un poeta y escritor nicaragüense, con un doctorado en literatura Latinoamericana. Prolífero, ha escrito libros de poesía, cuentos, mini cuento. También incursionó en la novelística. Reside en el Estado de Wisconsin, Estados Unidos. Los tres poemas aquí publicados pertenecen a su poemario: EL PASADO PERDIDO publicado en el año 2000.