Foto: Artículo 66
Por José Antonio Luna
Con “Los Nadies”, del joven poeta de exilio, William Alexander González Guevara de apenas 22 años, la poesía nicaragüense ha despertado de un letargo de décadas para vitalizar la larga tradición poética de Nicaragua inaugurada por Rubén Darío en el siglo XIX.
Atrás quedarán para la historia de la poesía nicaragüense, para la historia de la literatura, los llamados poetas y prosistas “coyunturales”, que alzaron vuelo con la “revolución truncada” y ahora, resurgirán los poetas que en silencio mantuvieron la tradición del Ars Poético que como dijo Carlos Fuentes “al renacer para siempre a partir del gran nicaragüense Rubén Darío”: Carlos Martínez Rivas, Horacio Peña, Pablo Antonio Cuadra, Mariana Sanson, Ana Ilse Gómez y otros.
En España hubo entusiasmo con este premio del joven nicaragüense. En Nicaragua silencio por la censura y la mordaza de la dictadura.
González Guevara, quien ejerce como periodista ganó el premio de poesía de la ciudad Albolote, Granada, uno de los cuatro más prestigiosos galardones de poesía de España.
Dice el Cable de EFE.
El poeta nicaragüense William Alexander González, de 22 años, ha sido el ganador de la XXV edición del Premio Internacional de Poesía Joven “Antonio Carvajal” con su poemario “Los Nadies”.
El jurado ha resaltado su “poesía de raigambre lírica, musicalmente heredera de la de su compatriota Rubén Darío, arraigada en la realidad social contemporánea, que el autor conoce muy de cerca: emigración, pobreza, desarraigo, marginación, trabas burocráticas, trabajo duro, el mundo real, con sus urgencias y necesidades acuciantes y universales, que no parece preocupar ni interesar a otros poetas de su edad”.
Y ha calificado la obra ganadora como un libro que nombra “a quienes otros llaman Menas, y lo hace con tanta verdad como belleza”. El joven poeta nicaragüense ha sido el ganador en una edición en la que han participado varias decenas de obras “de muy alta calidad”.
He aquí una muestra de la poesía del joven bardo, ya bastante conocido en España. El libro Nadies será impreso por la editorial Hiperión, saldrá a la venta al público, según el proyecto, para este otoño.
PLAZA ELÍPTICA
A los inmigrantes ilegales de la plaza
Escondidos en una esquina buscan
migas de pan reseco. Los escucho
igual que el canto undísono del pájaro.
Sostienen que desean trabajar,
seguramente los contraten horas
para la construcción de pisos, dúplex,
chalés en las afueras de Madrid.
A veces, les regalo una taza de café
giran y giran la cuchara como
si en ese ínfimo remolino de la taza
morase su futuro impenetrable.
Al mutismo se enfrenta el inmigrante,
al transcurrir senderos de penuria,
al dolor que generan los kilómetros.
El inmigrante evita morir de lejanía.
ESPAÑA
Mientras hago de canguro en Mirasierra
El portero me pregunta cómo se ve España
en los ojos de un extranjero. Tiene
curiosidad por mi retina, le encantaría
introducirse donde las pulsiones
eléctricas transmutan en figuras.
Dentro de mí retengo la silueta
de una España trabajadora, obrera
la España dictatorial y monárquica
la España de Garcilaso y Quevedo
la España de Zambrano y Josefina
la España de las erratas y hambrunas
la España con su cola de parados
la España del universitario sin futuro
la España de las becas, becas MEC
la España de los sabios en cuneta
la España del exilio:
Alberti, Cernuda, León Felipe.
El portero me pregunta cómo se ve España
así desde mi pupila extranjera.
España se ve encallada a su historia,
la amargura de unos es la alegría de otros.
LEJÍA
A las empleadas de hogar latinoamericanas
que cuidan mayores y limpian edificios
Mi madre, trabajadora de lunes a lunes,
se ha escondido del cosmos.
Han desaparecido sus huellas dactilares
por el hipoclorito de sodio, la lejía.
Una mujer sin nombre que rebusca
devastada su propia identidad.
¿En qué escalera las habrá dejado?
Intenta recordar el lugar exacto donde
pudo haberlas perdido.
La lejía la convirtió en anónima.
¿Cómo nombrar lo que no tiene nombre?
En esas escaleras que pisáis
están fosilizadas las huellas de mi madre
fundidas con hipoclorito sódico.