ESTAMPAS NICARAGÚENSES: LAS FIESTAS PATRONALES

Las dos ciudades del pacifico de Nicaragua con gran tradición de devoción a Santos patronos desde la etapa colonial, son sin duda: Managua, la capital de Nicaragua y la ciudad de Masaya, la cuna del folklore nicaragüense. En esta sección de www.escritoreslibres.org divulgaremos algunas de estas “fiestas” que han sobrevivido hasta la fecha, aunque con ciertas transformaciones por la modernidad. Estas estampas nicaragüenses de la monografía de la periodista Tania Jiménez Penha, revelan a una Nicaragua devota, llena de Fe católica y heredera de una vasta y hermosa herencia colonial.
JALuna-Editor

Por Tania Jiménez Penha
Primera parte
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN,
EL SANTO DEL PUEBLO

Santo Domingo de Guzmán, quien murió el 6 de agosto de 1221, después de 10 años de labor apostólica en los “Dominicos Seglares”8, jamás imaginaría que su orden apostólica se propagaría en el Nuevo Mundo, ni que desplazaría el fervor de los patronos de Managua por su santo titular, Santiago.
Cabe recordar que anterior a la celebración de Santo Domingo de Guzmán en Managua se celebraba a Santiago Apóstol. Innumerables leyendas se tejen alrededor de la destitución de la celebración del santo titular por Santo Domingo, y entre ellas se dice que fue el propio Santo Domingo quien pidió a los Managua ser el protector de la ciudad.
Pero existen dos hipótesis más aceptables: una de ellas afirma que Santo Domingo llegó a ser más popular que Santiago, y aunque en Managua se celebraba a los dos, la festividad más concurrida era la de Santo Domingo.
La otra versión dice que el desplazamiento fue sencillamente, porque quienes celebraban anualmente y organizaban la festividad de apóstol Santiago dejaron de hacerlo y que años después aparece Santo Domingo para ocupar el lugar dejado por los celebrantes de Santiago.
En la Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, con fecha de julio de 1968 se comenta que “el inolvidable padre de la ciudad, don José Díaz, fue el último mayordomo que tuvo el apóstol Santiago, quien sirvió al cargo por mucho tiempo a satisfacción de Diocesano y del pueblo de Managua. La sentida muerte de aquella ejemplar persona vino a clausurar la festividad del Patrono de esta ciudad”9
Tomando en cuenta que Santiago Apóstol, ya era el santo titular de las dos ciudades más importantes de la época colonial (León y Granada) y también titular de las ciudades de Jinotepe, Jalapa, Nagarote, Lóvago, Boaco, Telica, Tepezomotl y El Realejo en 1751, no cabe la menor duda que la devoción a Santo Domingo de Guzmán, le ganó espacio, en fervor y devoción.
De todas las versiones que se tejen alrededor de Santo Domingo, una está dónde sea afirma, que el santo se había quedado olvidado en una casa medio derrumbada y que se lo trajeron a la iglesia de Managua, pero que el santo se volvió solito a su casa vieja y como no la encontró porque se había caído, se metió en el hueco de un árbol donde lo hallaron.10
En torno a la bajada del santo de la Sierrita y su venida a Managua existen también varias versiones. Se dice, por ejemplo, que, debido a una promesa de un creyente, que el santo fue traído a la Managua para pedir lluvia y luego los vecinos de las Sierritas lo reclamaron; desde entonces quedó establecido que pasaría todos los años diez días en la capital. 11
Otra versión cuenta que don Agatón Madrigal, mayordomo de la imagen decidió construirle un templo digno en Managua, idea que los pobladores de las Sierritas rechazaron expresando que de ninguna manera consentirían el traslado del santo, pensando que debían de seguir dándole culto en el mismo lugar donde lo encontraron.
El mayordomo no satisfecho con las objeciones de los fieles decide construirle la iglesia y dos meses después de iniciada las obras una fiebre violenta lo condujo al sepulcro; cada nuevo mayordomo que reiniciaba la construcción era arrebatado por la muerte, yéndose al poco tiempo a mejor vida.12
Eso les ocurrió a tres mayordomos. Aquellas defunciones llamaron mucho la atención de los pobladores de Managua, quienes concluyeron que al santo le gustaba estar en sus sierras. Entonces Don Modesto Valerio respetuoso de la voluntad del santo derribó su antigua iglesia y le construyó una nueva.
Llegó a la presencia del santo para explicarle que le construiría una nueva casa con el objeto de que permaneciera durante diez días que dura su fiesta, y luego volviera a su casa en la Sierritas. De más está decir que el santo aceptó. 13
Según este trabajo, sobre “Las tradiciones de los indios de Managua”, se recopiló también que los ancianos de aquel entonces contaban que, si al santo no se le iba a dejar el propio diez, al día siguiente no estaba en su camarín, que él se iba solo”. 14

LA VAQUITA Y EL SANTO

La vaquita es una típica danza de promesa de las mujeres de Managua. Se dice que la promesa de la vaquita se hace porque en las Sierritas donde apareció el Santo había muchas vacas, entonces se consideró conveniente y muy del agrado de Santo Domingo que se creara a su alrededor un ambiente campestre y rural, todo para hacerlo sentir bien, y además como una muestra de gratitud.
En otras celebraciones las vacas son bailadas por hombres, pero según investigaciones de la antropóloga Milagros Palma es una tradición meramente femenina.

LA VACA DANZA DE PROMESA

Esta danza se realiza durante la procesión de Santo Domingo de Guzmán. La tradición de esta procesión tuvo su origen en las postrimerías del siglo pasado, probablemente en el momento en que la imagen de Santo Domingo fue trasladada a Managua desde Las Sierritas.
En ese trayecto que sigue la procesión uno se encuentra con “vaquitas” mujeres que bailan en medio de la muchedumbre con un esqueleto de bambú, en cuyo frente tienen dos cuernos de vaca y revestida con un faldón de telas de colores.
Según investigaciones de Milagros Palma, ésta es una de las pocas danzas en que el antagonismo entre el hombre y la mujer está expresado” …la danza con el pretexto del compromiso con el santo, ella vestida de vaca anda corneando a los negros que la andan toreando”.15
Además, comenta que es una danza donde la mujer adorna con esmero a su vaca brava para luego liberarse en un alegre correcorre donde cornea a los hombres que quiera. “Así la mujer, en complicidad con el santo se ha ganado un espacio reservado a los hombres”. 16
También se destacan en esta festividad un barco en el cual bajan el santo a la ciudad, los negros promesantes que son en su mayoría hombres se cubren el cuerpo con aceite negro como petróleo y otros se pintan el cuerpo con colores cobrizos y acompañan la imagen. Año con año podemos observar también, el cacique mayor, que no tiene mucho que ver con la tradición de los indios Mangues, pero que nunca falta en el tradicional desfile.

SAN JERÓNIMO DOCTOR-TATA CHOMBITO,
EL SANTO PATRONO DEL VOLCÁN

La fiesta de San Jerónimo-Tata Chombito- en Masaya es altamente sincrética, dice Pablo Antonio Cuadra en su libro “El Nicaragüense”, que “el santo de la cruz y la piedra vino a sustituir el culto al Dios del volcán Santiago”.17
Parece ser también que la bruja que cuidaba los rituales de dar jóvenes vírgenes al volcán fuese encarnada en la vieja del torovenado que año con año se representa en Masaya. Recordemos que el Torovenado desde su raíz etimológica es en sí mismo un sincretismo, por estar compuesto de dos elementos contratantes y de principios opuestos el TORO (español) y el VENADO (indígena).
Es indiscutible que el pueblo de Masaya, “vive para festejar o festeja para vivir”, ya que su fiesta patronal dura tres meses, desde el 30 de septiembre hasta finales de noviembre.
Los momentos claves de la fiesta se pueden dividir en tres momentos importantes: en la bajada del santo del altar, en la procesión que realizan los fuereños, y en la típica procesión de los masayas, la octava de San Jerónimo, quien tiene una gran cantidad de devotos que llenan totalmente el límite de su iglesia. Es una festividad con una gran capacidad de convocatoria, pegajoso ambiente festivo y marcadamente devocional.
Masaya, dentro de la tradición danzaría conserva una gran variedad de manifestaciones, que hacen que se mantenga como “la cuna del folklore nicaragüense”.

TOROVENADO, VISTOSO Y CONTROVERSIAL

El Torovenado es una danza de promesa originaria de Masaya, pero que también se representa en Catarina para las festividades de San Silvestre Papa.
Ambas actividades son similares en su sentido de ironía y burla. En Masaya le dan más importancia a la danza y al desorden, en Catarina hacen representaciones casi teatrales para hacer reír a quienes los observan.
En el Torovenado también existe la posibilidad de que por los menos una vez al año los hombres se introduzcan sin reservas en el mundo femenino. Esta danza no es una manifestación del orgullo homosexual como muchos creen, al contrario, es un espacio de juego, de farsa, de distracción, de entretenimiento y fundamentalmente de crítica social y política.
El Torovenado es una danza de promesa, quienes conocen la historia de San Jerónimo fabricaron el relato según su autobiografía, que este santo en sus retiros espirituales solía ser tentado por el diablo, disfrazado de mujer. Esta creencia se divulgó en la Edad Media.
Parece ser que el imaginario europeo además de representar a San Jerónimo desprovisto de su túnica pontificia, descamisado, solían representarlo rodeado de fieras o mujeres tentadoras.18 No podemos decir con exactitud si los que salieron disfrazados cuando empezó la tradición lo sabían, pero su similitud es asombrosa.

EL TOROVENADO (DANZA DE PROMESA)

El Torovenado es una danza popular con máscaras y disfraces, burlesca y ridiculizarte de situaciones específicas, de personajes de la localidad, del gobierno. Recorre diferentes lugares de Masaya, de octubre a noviembre, integrado generalmente por hombres disfrazados de mujeres.
Según recopilaciones de Milagro Palma, la tradición dice que “después que San Jerónimo sufrió una conmoción tan grande de una tentación del diablo vestido de mujer, es por eso que los hombres se disfrazan de mujer para agradar al santo”. 19
Pablo Antonio Cuadra liga esta tradición a otra en honor al Dios del volcán Santiago de Masaya. Según sus investigaciones estas danzas fueron readaptadas en su tiempo por los sacerdotes católicos a las procesiones en honor al santo patrono de la ciudad.
También las memorias de Monimbó relatan que antes “el tigre y la vieja del Torovenado no podía faltar. Un hombre con cuero de tigre en el hombro bailaba en la procesión sonando una sonaja. Ahí mismo salía otro vestido de vieja del Torovenado sorteando el tigre y diciendo: Te caza el tigre María, te caza el tigre”. 20
La leyenda cuenta que en dos pueblos llamados Los Altos y Guanacastillo, un tigre feroz devoraba el ganado de una hacienda. Su dueño prometió a San Jerónimo que llegaría en romería hasta la ciudad el día de su procesión, si permitía que un toro escogido y salvaje matara al tigre.
San Jerónimo accedió y se organizó la romería donde los participantes vestían diferentes disfraces, la mayoría con ropa de mujer, con blusas y enaguas descoloridas y llevaban máscaras. La romería llegó hasta Masaya donde se encontraba el santo, pagándose así la promesa.
Antes no podía faltar los personajes característicos con El Macho Ratón, El Tigre, El viejo del Garrobo, La Vieja del Torovenado y la María. En el Torovenado todos los elementos de su composición nos inducen a observarlo como un pensamiento mestizo y Güegüense por excelencia.
Según Enrique Peña Hernández, los Torovenados van en pequeños grupos o parejas según convenga a sus caracterizaciones y lleva toda suerte de disfraces. La mayoría trata de imitar o ridiculizar a personajes de la sociedad nicaragüense o del exterior, visten trajes viejos o anticuados, portan paraguas rotos, y carteras pasadas de moda. 21
Usan indumentaria que no guardan ninguna relación con el traje o más bien desarmonizan. El rostro se lo ocultan con máscaras de madera, guacales o cedazo, algunas máscaras representan la cara del personaje ridiculizado. Son tipos estrafalarios, extravagantes, que al son de chicheros hacen gestos, muecas y payasadas para divertir al público. 22
La palabra “Torovenado” está muy arraigada dentro del vocabulario popular, por eso también se les llama “torovenados” a las personas que no visten bien o aquellas estrafalarias en su forma de ser.
“El Torovenado es uno, único, renovable, chispeante, sin orden convencional y sin ley” 23. El Torovenado era representado en toda la Meseta de los pueblos, en la región que fue Mangue.
El Torovenado es eminentemente una fiesta del pueblo y para el pueblo, y aunque es danza de promesa no es una celebración auténticamente religiosa por el humor, la crítica, la burla, es chispeante, sin orden convencional; aunque la herencia pudiera ser mestiza, en mucho nos recuerda a danzas rituales indígenas del pueblo mangue. 24

LOS DIABLITOS Y LA RUEDA DE LA VIDA

En Masaya, “Los Diablitos” merecen una mención especial. Como sacados de un cuento de hadas, más específicamente a Mefistófeles del libro “EL FAUSTO” de Goethe, a este personaje deciden rodearlo de una corte de animales y diablesas.
Es el único baile que tiene diferentes grados de diablos; diablo mayor, diablo menor y diablesas. Incorporan a su temática de la muerte y pareciera que su círculo girará siempre en torno al ciclo vital vida-muerte-vida.
Los diablitos de Masaya y los diablitos de Nandaime surgen a finales del siglo pasado. Tal vez en 1875. En la época de estudiantes que solían llevar serenata a sus novias y cantaban coplas a las madres que ponían obstáculos. Los estudiantes decidieron proponerle a los demás disfrazarse de diablos en la procesión de San Jerónimo, con los años aparecen otros disfraces como de animales, el diablo rojo, el diablo negro, la muerte quirina. 25
Otra versión proporcionada por Enrique Peña Hernández considera la obra “El Fausto” de Goethe como origen de la inspiración. El diablo mayor es Mephisto, y los otros diablos menores como el León, el macho o Señor, la muerte-quirina, el buey y las diablesas.
Así pues, los diablos llevan mandolinas y guitarras y los demás, otros instrumentos. Esta danza con certeza surgió de una broma social y su significado religioso está en el marco de que son bailados, las festividades de San Jerónimo. 26
Se propuso que su personaje principal fuese Mefistófeles (El Diablo Mayor) con todo su atavío. Los demás personajes son el diablo común vestido de rojo, el león con corona de rey, el tigre, el macho vestido de etiqueta, el oso, la muerte-quirina con su guadaña. El diablo mayor ejecuta el juco, el oso la pandereta, el tigre y las diablesas, guitarras y bandolinas adornadas con cintas de colores. 27

FUERA LOS MALOS AUGURIOS

En Masaya también se celebra la vida, a través del baile de “Los Agüizotes”. En él se ve un cortejo de desencarnados y poderosos espíritus bailando al compás de chicheros, como una forma de burlar a la muerte.
Desfilan todos nuestros mitos y leyendas, todo el imaginario del pueblo se vuelca para idear cadejos, chanchas-brujas, ceguas, gamorales 28, padres sin cabeza, la muerte quirina, los féretros que se abren acortando las distancias entre el más allá y el más acá.
Todo esto se realiza con la venia de los ancianos del pueblo, quienes se encargan de mantener viva estas leyendas, asegurando que estos espantos todavía rondan las calles de la ciudad. La noche de “Los Agüizotes” es próxima al día de Todos los Santos según el calendario católico y anterior al Torovenado. Con este baile se pretende que salgan todos “los malos augurios” y que dejen al pueblo libre de todo mal hasta el próximo año. Es limpiar la comunidad de todo lo malo que ha pasado en un año.
En Masaya se cuenta que, a la vera norte del camino del bajadero, sobre una pequeña loma de Magdalena en el Monimbó de abajo, en “la punta de plancha” dicen que se dan cita todos los brujos: Allí llegan micos, chachas brujas, ceguas, y otros espantos. Por eso el lugar es temido de noche. 29
Se cuenta que ciertas noches de luna llena, a las doce de la noche en punto, llegan a este lugar unos hombres altos y fornidos, montados en caballos negros y relucientes. Estos jinetes lujosamente vestidos y de cabalgadura ricamente enjaezadas llegan hasta el citado lugar de diversas direcciones. Al caminar se oye el rechinar de los arnés, ruidos metálicos y chirridos. 30
Los indios cuando escuchan el trote de los caballos de los “Gamonales”, se ocultan y se encierran en sus viviendas, se quedan calladitos y no se atreven siquiera a mirar.
Cuentan también que en la Laguna de Masaya surgió una serpiente con cuernos. ¿Cómo apareció en aquellos parajes? Un brujo recomendó que les cortaran los cabellos a todas las doncellas vírgenes de doce a catorce años y se atará a un árbol. Para estupefacción de los indios, la serpiente no puedo soltarse; luego puso un huevo que a los tres días reventó en agua pura y cristalina, el bosque está ahora en el fondo de la laguna y una serpiente permanecerá atada hasta la consumación de los siglos. 32
Relatan las creencias populares que las ceguas después de vomitar el alma quedan transformadas en mujeres jóvenes, que sus vestidos son de hojas de guarumo y sus cabelleras de cabuya. Ellas sólo tienen un afán; perseguir a los infieles y castigarlos. Se dice que todas las ceguas son amigas. Las víctimas de estas tenaces mujeres amanecen sin sentido, respirando fatigosamente, en estado total de idiotez, o sea “jugados de cegua”. 33
Doña Lolita Bermúdez, nonagenaria (ya fallecida) pobladora de Masaya, aseguraba que cuando era joven acostumbraba a esconderse cada vez que La Carreta Nagua pasaba por su casa. Cuando en esas noches tenues y sombrías oía el chirrido de sus ruedas, se encerraba con sus hijas a rezar. Al preguntarle sobre el aspecto que tenía, cuanta que ella nunca la vio, porque se comentaba que quien lo hiciera le anunciaba la muerte.

EL BAILE DE NEGRAS: EL ETERNO FEMENINO

Se baila en la procesión de San Jerónimo en Masaya, todos los domingos del mes de octubre y noviembre. La danza surgió a finales del siglo pasado. En algunos casos se bailaba esta danza como promesa, aunque no siempre ha sido éste el caso.
El grupo de danza de negras está constituido de cuatro o cinco parejas compuestas sólo por hombres, de manera que la mitad de ellos se disfrazan de mujer. Esta es otra razón para el comportamiento más libre de las mujeres. Se danza cerca de la iglesia, asimismo en la casa de quienes lo solicitan. El traje o disfraz es variado, sólo los abanicos, máscaras y faldas anchas y sobreros son indispensables. 34
La danza de negras es una burla al colonizador; el hecho de que mujeres no participen se debe a nuestro juicio, a una crítica a la danza del mestizaje, pero no descartamos también un factor fortuito o el simple deseo de un grupo de hombres de bailar entre ellos mismos. Esta danza es toda seducción, es una invitación al cortejo de la joven representada por un hombre finamente ataviado. Es una danza plena de gracia y libertad.
En esta danza es la mujer quien invita el hombre a bailar. Generalmente se considera esta danza como una ridiculización a los españoles, esto porque las máscaras que llevan los bailarines representan rostros españoles. 35

LAS INDITAS, LA DANZA DEL MESTIZAJE

Esta danza originalmente nació en Nindirí (Masaya) donde se baila en la procesión de San Jerónimo, luego se ve esta manifestación en otras celebraciones. Las inditas son la parte femenina de la danza y los varones que en principio de la colonia eran españoles, se llamaban viejos. “Nombre dado por las indias a los hombres barbados por su apariencia de viejos y también por sus destrezas para enamorar”. 36
Posiblemente la danza surgió cuando los colonizadores escondidos detrás de los árboles donde descansaban vieron a la juventud indígena bailar, y decidieron participar del baile. Es la danza del mestizaje indicando con esa denominación cómo surgió la raza mestiza y su cultura. Por lo demás, no hay ninguna danza en centro y sur América donde se expresa la mezcla de dos razas y sus diferencias culturales.
El contenido de la danza expresa un significado social; la mezcla de la raza española e indígena, los roles establecidos para el hombre y la mujer (activo, autoritario y exigente en contraparte con el pasivo, tímido, seducido).
La danza del colonizador es insinuante, típica del cortejo, intencionalmente decidida, la de la indita es más directa y sumisa. La danza tiene dos partes, la primera se llama danza de invitación y la segunda el cortejo.
La vestimenta original indígena que era una manta fue reemplazada en los años cuarenta por un nuevo traje nacional, ideado por Emelina Tercero Debayle. De este traje lo único tradicional que se conserva son el sombrero y el abanico que se presume fue regalo del conquistador a su pareja, o fue utilizado por las indígenas para imitar irónicamente a las españolas. Las inditas, es una de las danzas más populares de Nicaragua, son pocas las ocasiones religiosas en que la danza no es interpretada. 37
Con relación a esta danza hay muchos aspectos interesantes que comentar; si recordamos que la conquista de nuestras tierras y de las indígenas estuvo provista de la violencia entre conquistadores y conquistados. Esto abre interesantes pistas sobre lo que pudo significar esta danza. ¿Posesión y dominio, o sutil burla?