Muere en España Noel Rivas Bravo

NERB*

(IN MEMORIAM)
Este subtitulo fue agregado en febrero 4 de 2023.

(Escrito en piedra)

“Buscó el destierro para sentir mejor lo que había perdido”
J.L.B.

Por Guillermo Menocal G.
Milwaukee, Wisconsin, 2010

Desde la niñez, la realidad para él fue alcanzar el sueño de la Literatura. En la juventud mostró esa gran pasión hacia los libros. Encontró la aventura, la fantasía, el humanismo y el humor en “Las mil y una noches” y en el “Ingenioso Hidalgo”. Homero, Virgilio y Dante lo acompañaron cuando él auscultaba y aprendía sobre el “Renacimiento” o el “Siglo de Oro”.
Esas lecturas sensibilizaron y maduraron sus pensamientos, a todo su ser que ardía de entusiasmo y arrebato ante los textos que acariciaba mentalmente con denuedo y que, hasta hoy, su corazón conserva como una biblioteca que enriquece y actualiza sus oníricos y fantásticos volúmenes, desde los lejanos tiempos de la antigua Grecia y Roma. Desde cuando aquel varón sabio, hermoso y ciego dijo: “Háblame musa de aquel varón de multiforme ingenio…” Ya Hamlet y el Rey Lear con Robinson Crusoe también habían penetrado en sus venas y en su alma. Este hedónico lector no desconocía ese sueño de Coleridge, ni del alma atormentada y sufrida de Dostoyevski.
Con éxito aventurero y a Zorrilla como mentor, conquistó muchos amores. Sus amadas, lo recuerdan con admiración y le siguen siendo cariñosas y fraternas. El las conserva con esa misma amistad que profesa a todas esas personas que ha tratado cercanamente; porque ni el odio, resquemor o codicia, han motivado a este preclaro ser pacifico que, por encima de cualquier cosa, sus primicias son: leer, aprender y pensar. Me inclino a creer que él admira y lo llenan más esos personajes fabulosos de la literatura, creados por algunos excéntricos, fantásticos y dotados autores, que el hombre verídico, frecuente y ordinario.
Sus amigos de su país natal lo extrañan, cuentan de sus andanzas y de su irrestricta forma de ser. Ahora vive donde nacieron “El divino” Herrera, Gutierre de Cetina y el gran Lope de Rueda. La Universidad de Sevilla es su morada, en la cual apaciblemente lo ronda el silencio, la soledad, la lectura, los recuerdos, que son sus tesoros irreversibles, la enseñanza, toda su vida.
Quizá nada le ha sido ajeno. Ha vivido y sufrido como ha querido y la muerte ya no lo soborna, y aunque la existencia lo embista y desgarre, él sabe que la literatura lo seguirá rescatando; por eso él, terco y fantásticamente, se aferra a su aliento que lo conoció a través de la poesía y que siempre ambos le han sido como un sueño. Estoy seguro que no experimentará al final de sus días, lo que sintió ese otro sevillano, acaso atormentado por su existencia y el amor, don Gustavo Adolfo Bécquer: “el frío/de una hoja de acero en las entrañas”.

*Noel Ernesto Rivas Bravo (noviembre de 1945-febrero de 2023)

Nota: Originalmente este texto fue publicado (sin el subtítulo In Memoriam) con el sello de La Academia Nicaragüense de la Lengua, en mi libro: “Sueños y vigilias”, Managua, Nicaragua, 2011, ver página 38.