LA VIGENCIA DE WALT WHITMAN

Oscar Wilde y Walt Whitman

Por José Antonio Luna

Walt Whitman, el paradigma de la poesía de Estados Unidos, el padre de la literatura estadounidense, el poeta al que Enza Paund en algún momento detestó:

/Hago un pacto contigo Walt Witman/

 te he detestado demasiado tiempo/… cumplió su bicentenario.

Whitman nació un 31 de mayo de 1819 en una cabaña de Long Island, New York, hace doscientos años cuando todavía Estados Unidos arañaba el sueño de convertirse en una potencia industrial y económica.

Whitman es un viejo conocido que influyó y sigue influyendo a los poetas americanos. En la “Oda a Roosevelt”, Rubén Darío, evoca a Whitman en su reclamo al gran cazador Roosevelt. La presencia del poeta de barba blanca y mirada serena es cimera en el poema. Whitman opaca a Roosevelt y se hermana con la América española de Darío.

“¡Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman,
que habría que llegar hasta ti, Cazador!
Primitivo y moderno, sencillo y complicado,
con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor” …

En un ensayo titulado Walt Whitman: un gran poeta que actúa como Dios, el escritor Steven Filkins destaca la influencia de Whitman en la obra literaria de poetas americanos y españoles. “Figuras del mundo hispanohablantes como Rubén Darío, León Felipe, Federico García Lorca, Jorge Luis Borge, Pablo Neruda o Ernesto Cardenal, han reconocido en varias ocasiones que Whitman forma parte de los cimientos sobre los que han conformado su obra poética”.

Esta influencia de Whitman ha alcanzado a varias generaciones de poetas latinoamericanos. Jorge Luis Borge para no dejar dudas de la vital influencia de Whitman escribió dos famosos ensayos titulados: Notas sobre Walt Whitman, y El otro Walt Whitman.  Borge sostuvo que Whitman lo había obsesionado con su literatura.

Como muestra de su afecto por Whitman, Borge escribió el poema titulado: Camden, 1892 para dejar constancia de la fecha del fallecimiento del poeta.

El olor a café y de los periódicos

El domingo y su tedio. La mañana
y en la entrevista página esa vana
publicación de versos alegóricos
de un colega feliz. El hombre viejo
esta postrado y blanco en su decente
habitación de pobre. Ociosamente
mira su cara en el cansancio del espejo.

Piensa, ya sin asombro, que esa cara
Es él. La distraída mano toca
La turbia barba y la saqueda boca.

No esta lejos el fin. Su voz declara:
casi no soy, pero mis versos ritman

La vida y su esplendor. Yo fui Walt Whitman

Y con la divisa de Rubén Darío esta influencia de Whitman se extendió a las generaciones posteriores de poetas y ensayistas nicaragüenses.  La presencia de Whitman en evidente entre poetas destacados como Ernesto Cardenal, Pablo Antonio Cuadra-el Whitman nicaragüense-, Horacio Peña quien escribió su tesis doctoral sobre Whitman y Darío, Darío y Whitman.

Después de dos siglos, Whitman sigue vigente porque encarna intrínsecamente la personalidad -casi mítica- del poeta vencedor del espacio y el tiempo porque la poesía es eterna, allí está la Ilíada y la Odisea atribuida a Homero.

Whitman como innovador y emprendedor de aquellos tiempos renovó y enriqueció la poética al romper con los viejos moldes de métrica y rima abriendo un surco de libertad a nuevas generaciones de escritores que crecieron con más libertad de expresión.  Así lo hizo Rubén Darío en la América Española, transformó la poética española anquilosada y débil. La famosa frase de Jorge Luis Borge: “todo lo renovó”, es común también para el Whitman periodista, maestro, tipógrafo, carpintero etc…

Rubén Darío, el nicaragüense   que exportó de América hacia Europa el modernismo…dedicó un poema a Whitman, pieza que revela a Whitman universal.

A Walt Whitman

En su país de hierro vive el gran viejo,
bello como un patriarca, sereno y santo.
Tiene en la arruga olímpica de su entrecejo
algo que impera y vence con noble encanto.

Su alma del infinito parece espejo;
son sus cansados hombros dignos del manto;
y con arpa labrada de un roble añejo
como un profeta nuevo canta su canto.

Sacerdote, que alienta soplo divino,
anuncia en el futuro, tiempo mejor.
Dice el águila: «¡Vuela!», «¡Boga!», al marino,

y «¡Trabaja!», al robusto trabajador.
¡Así va ese poeta por su camino
con su soberbio rostro de emperador!

R.D.

El español Manuel Villar Raso (Ólvera ,1936 -Granada, 2015) en la presentación de la antología bilingüe de Hojas de Hierba de Whitman, describe magistralmente la conjunción de elementos que convierten a este en un poeta novedoso y profundamente destructor de iconos.

“Whitman proclama abiertamente la necesidad política del arte y del artista. Es un rompedor de moldes. Como demócrata modelo, es un hombre y mujer, granjero y trabajador de fábricas y muelles, prostituta y presidente, americano y ciudadano del mundo, que celebra el cuerpo, la naturaleza, la energía sexual, la masturbación, el erotismo femenino, el amor homosexual y la angustia del deseo reprimido, identificando democracia con liberación sexual. Por algo su padre era librepensador, amigo de Tom Paine, filósofo de ideas políticas radicales, y el Free Enquirer su santuario, del que su padre sacaba libros que Whitman leía con avidez, según confesión propia de Horace Traubel.”

En su libro Hojas de Hierba-Leaves of Grass– publicado por primera vez en 1855 Whitman plasma con una libertad, sorprendente todavia, sus pensamientos sobre ese mundo post colonial donde ciencia y religión batallaban sin visualizar la existencia de un poeta irreverente que hizo su Canto a mí Mismo, la punta de lanza de su obra máxima donde todo fue dicho por el albañil, el enfermero, el periodista, el cuentista, el tipógrafo, el carpintero, el maestro de escuela, el homosexual.

Walt Whitman es el poeta de las muchedumbres, esas masas de trabajadores que tenían escasa atención de los poetas y periodistas al servicio de la aristocracia y burocracia, en fin, el mercantilismo que iba en auge. Como periodista, maestro y principalmente poeta Whitman interpretó hechos trascendentales como la guerra civil de 1861, la servidumbre del negro en el norte y el sur, la migración de europeos que buscaban un mundo mejor en Estados Unidos.

Su libro es un canto a la hierba que en esos tiempos y ahora, es la existencia de los seres, como es el oxígeno, el agua; la hierba encarna en Whitman a la vitalidad, la energía que adquiere el bosque en primavera para en el verano permitir la vida a plenitud.

Se habla mucho de cierta influencia sobre Whitman de Ralph Waldo Emerson, el poeta norteamericano graduado de Harvard de gran relevancia entre la intelectualidad estadounidense e inglesa. Cuando Whitman publicó su Leaves of Grass le envió un ejemplar a Emerson. En respuesta Whitman recibió una carta donde Emerson reconoce los méritos literarios de Whitman y su poemario.

La carta fechada en Concord, Massachusetts, 21 de Julio de 1855
Dice en sus partes medulares:
Que no está ciego para no reconocer en Leeves of Grass es un maravilloso regalo literario… Y da el puntillazo al emergente poeta -errante e irreverente- afirmando que su libro  es una extraordinaria pieza de -wit and Wisdom- novedosa y llena de sabiduría…  Y le auguró a Whitman una gran carrera literaria.
Los medios periodísticos y literarios destacaron este reconocimiento de Emerson a Whitman que en realidad fue un cumplido bien merecido pero que no tuvo repercusión en Whitman porque Emerson tenía su propio círculo literario al que no accedía Whitman.

En Canto a mí Mismo Whitman deja sentado que la divisa de su poesía será la libertad, libertad de hablar que sería rechazada por los tímidos escritores de su época.

Me celebro y me canto.
Y de aquello que me apropie te debes de apropiar,
pues cada átomo que me pertenece también será tuyo.
Me entrego a la quietud e invito a mi alma a que
también lo haga.
mientras me recuesto a mis anchas a mirar un tallo de
hierba estival.
Mi lengua y cada átomo de mi sangre se formaron de
esta tierra, de este aire, y he nacido aquí de padres cuyos padres aquí también
nacieron, lo mismo que sus padres.
A mis treinta y siete años y una salud perfecta,
he empezado a vivir, y espero no dejar de hacerlo hasta
que muera…
(fragmento) 

Whitman enfermero, miró la muerte muchas veces durante la guerra civil de Estados Unidos. Por eso sus versos libres, son soplos de aliento en la incertidumbre del dolor y cuando la mujer de la guadaña ronda por doquier, en los campos de batalla entre álamos y trigales, entre ríos y pantanos y el viento gélido entumecía los cuerpos inertes en las zanjas.

“Corro a la casa del que está agonizando y giro el picaporte de su puerta,
aparto la manta hacia los pies de la cama,
y despido al médico y al cura;
me inclino sobre el hombre que sucumbe y lo levanto
con voluntad irresistible,
¡Aquí esta mi cuello-le digo-, no desesperes!
¡Por Dios, apóyate en mi cuerpo!
(fragmento)…

La influencia de Whitman en la vida intelectual de Estados Unidos no terminó con el advenimiento del siglo XX; al contrario, resurgió con mas ímpetu en la década posterior a la segunda guerra mundial. El estilo de vida vagabundo de Whitman fue adoptado por el movimiento beat y sus líderes poetas y homosexuales declarados Allen Ginsberg y Jack Kerouac y por otros poetas que se oponían a la violencia-antibelicistas- Adrianne Rich y Gary Snider.

El poeta Lawrence Ferlinghetti se consideraba a si mismo entre los “hijos rebeldes” de Whitman. En 1961 su colección de poemas lo titulo: :Al partir de San Francisco” en una deliberada referencia al famoso poema de Whitman “Al partir de Paumonak.”

JALC

Tampa, Florida, Julio 2019.