“Nicaragua es un infierno para los poetas”

Hace 25 años, el poeta Pablo Antonio Cuadra, PAC, (Managua, 1912-Idem 2002)
se refirió a la crisis de la cultura de nicaragua, en una entrevista con un promotor cultural. Después de sus declaraciones PAC publicó en La Prensa de Managua, un “Escrito a Máquina” visionario que me entregó en la última vez que lo vi. El texto refleja a una Nicaragua en crisis permanente. Una visión de una Nicaragua en contradicción donde la poesía es la cenicienta en las últimas décadas. Confirma el texto que hay un espejismo de “escritores” que abandonan a la poesía por su interés mercantilista de escribir novela. Gobiernos autoritarios, matanza de protestantes, marginación social y persecución a la libertad de pensar ha sido una constante en Nicaragua. Y es que el desprecio de los gobernantes por la cultura ha sido sistemático y sigue… ¿hasta cuándo?
JALuna
Editor www.escritoreslibres.org

Un diagnóstico visionario de PAC

LA POESÍA EN CRISIS PERMANENTE
¿Cómo está esa enferma? La poesía.
En realidad, el enfermo es todo el país, desde la misma salud está enferma hasta la forma de pensar. La única cosa con vida es la cultura y esa es su enfermedad: que no la ven, que pasan sobre ella, que la manosean, que la confunden con un bailecito folklórico, que ensartan sus cuentas en un rosario de cursilerías, que seguimos llevando el profanado cerebro de Rubén Darío de cita en cita en una de las más exuberantes plagas de retórica que ha sufrido Nicaragua.
Pero la cultura-abandonada, cenicienta, casi clandestina-sigue viva y creadora. Está forjándose un fenómeno de exilio interior de difícil comprensión para quien no sea nicaragüense. Se ha dividido dantescamente Nicaragua en un cielo para los políticos, en un purgatorio para los productores y trabajadores y en un infierno para los poetas y artistas.
Pero la cultura sigue creando entre llamas y olvidos.
La poesía cuenta con más jóvenes que las candidaturas abortivas que surgen en nuestro nublado horizonte. Lo que no existe en esta Nicaragua es conciencia ni respeto, ni conocimiento y menos reconocimiento de los valores culturales.
Hay cultura. Lo que ha cambiado es el sitio que debe ocupar en la elaboración de nuestra historia. Lo que ha cambiado es el ambiente o apreciación comunal a eso vivo y activo que llamamos cultura, o peor aún, la engañosa confusión que sigue creyendo en la cultura como corbata para los actos llamados de “traje formal”. Y al cambiar ese sutil aprecio y valoración inmediatamente ha repercutido en la valoración y apreciación de la cultura nicaragüenses en el exterior.
Sobre ese reflejo exterior, que nos hace ver y aprueba nuestra situación interior es que hablé brevemente con el testimonio (sobre la mesa) de más de veinte antologías de Poesía Hispanoamericana- muchas de ellas en otras lenguas- aparecidas entre los alegres veinte de nuestro siglo y los últimos meses del 94; o sea desde el abrir hasta el cerrar del siglo XX.

¿Que vemos, que nos demuestran esas antologías, realizadas unas en Argentina, otras en Chile, en México, en Washington, en Paris, en Roma, etc.?
-Simplemente: que la consideración y admiración que recibía la literatura nicaragüense en las primeras antologías ha ido reduciéndose al mínimo. Es decir, si Nicaragua fue señalada en los años 30 y 40 como el país con más poetas por kilómetros cuadrados-frase del poeta español José María Velarde- y aparecían por su calidad hasta 10 poetas nicaragüenses antologizados, cifra que solo se concedía a países como Chile, Argentina o Cuba, después del reinado de los nueve comandantes la cuota ha sufrido una merma desconcertante y continua, de tal modo que en la última antología hispanoamericana aparecida en Venezuela (hecha por un gran crítico: Guillermo Sucre) Nicaragua está representada por menos poetas que Honduras y, peor aún, a todos los países de américa se les conceden cinco poetas y a Nicaragua solamente dos: Pablo Antonio Cuadra y Carlos Martínez Rivas.
¿Es que ya no valen los grandes de ayer, digamos Alfonso Cortés-a quien tradujo Thomas Merton y lo llamó “el más grande poeta metafísico de américa”- o Salomón, o Azarías, o Coronel o el altísimo Joaquín Pasos?
¿Ya no valen tampoco los jóvenes desde Horacio Peña y el impar Julio Cabrales, o Anastasio Lovo, o Edwin Silva, o C. Perezalonso? “? ¿Que se fizo el rey don Juan? ¿Los infantes de Aragón que se ficieron?”
¿Por qué se ha dado esta depreciación?
La respuesta está a mano: -a mano izquierda-Porque mientras tuvimos una revista de circulación universal (Los Cuadernos del Taller San Lucas y luego El Pez y la Serpiente, que mató “el culto” comandante Tomás Borge) podíamos exportar literatura y arte nicaragüense (calidad y cantidad).
Ahora los antologistas modernos se alimentan de lo que conocen y leen. Y Nicaragua no tiene una sola revista de calidad, ninguna colección digna de sus poetas, prosistas y artistas. Y mucho menos “agregados culturales” o plumas críticas de valor internacional que den a conocer la valiosa continuidad- el hilo azul que no se ha roto- de nuestra poesía y de nuestra pintura.
Una antología que se publicó en España en 1949 realizada por Orlando Cuadra Downing con comentarios críticos de Cardenal alimentó multitud de antologías en diversas lenguas, desde la italiana hasta la polaca, la rusa y la norteamericana.
Y ahora ¿qué? -Después de la censura (ese terrorismo literario)-que -según un comandante policiaco produciría “Una Nueva Cultura”- ¿Se ha dicho por dónde darle su valor a ediciones y representaciones a nuestro teatro nicaragüense, o se ha recogido el Ensayo, o siquiera la historia de las ideas en este reino del silencio?
¿Hemos hecho la edición que Nicaragua le debe a Rubén Darío?
¿Qué presupuesto recibe nuestro Instituto de Cultura?
Es la ecología cultural la que hemos dañado vergonzosamente en Nicaragua. Los Arellano, las Mimi Hammer con sus milagrosas realizaciones de la fundación Rubén Darío, son admirables mártires que producen en la hoguera. Pero el más claro ejemplo de lo que llamé “infierno cultural” lo encontraría el Dante que viajara a Nicaragua en Jaime Incer-un sabio de verdad, un gran escritor, un hombre de conciencia y ética intachable-el más valioso elemento que podría presentar en sus cuadros un gobierno- sin embargo, lo destituyeron con grandes honores, el gran honor de quitarlo de donde podía hacer algo y de trasladarlo a un alto puesto retórico donde no molestara más.
Pero la hipócrita destitución de Incer no va a detener la terrible ley de Lovelock: Todo organismo que destruye su entorno se destruye a sí mismo.
Ley tremenda a la que agrego otra: Tierra y Poesía son hermanas siamesas.
En la medida en que estamos produciendo venalmente desiertos, en esa misma medida estamos produciendo una cultura en exilio interior (una barbarie). Los depredadores se titulaban ayer comandantes, ahora financieros.

UNA CORBATA ANUDADA
AL CUELLO
“Escrito a Máquina”
6 de marzo 1995/ La Prensa

Nota:
Agrego -a este valioso texto de PAC- que en 2021 Nicaragua ha entrado en una crisis de Derechos Humanos que vislumbra más daño al arte, especialmente a la literatura en general y la poesía. Claro no olvido que si se instala una dictadura totalitaria se tendrá que desarrollar una literatura del exilio que comenzó en la década de 1980 y que será el ave Fénix de la cultura nicaragüense.