ALEJANDRO HURTADO UN LAUREADO DARIISTA POCO CONOCIDO

Por: José Antonio Luna
El erudito investigador Guillermo Díaz-Plaja (Manresa, Barcelona, 1909 – Barcelona, 1984), ensayista, poeta, crítico literario e historiador de la literatura española, en su prefacio del ensayo LA MITOLOGIA GRIEGA EN RUBEN DARIO (Ed. La Muralla. Imp. Escuela Gráfica Salesiana-Madrid-Atocha, 1967) del escritor nicaragüense, Alejando Hurtado Chamorro, ganador del premio Internacional de Ensayo en el Centenario del nacimiento de Rubén Darío 1967, afirma que la obra de Hurtado  “no solo es interesante por el acopio de datos que aporta al estudio de las fuentes de su poesía-la de Darío-, sino especialmente  en lo que incorpora conceptualmente para alcanzar una definición de la obra dariana”.
LA MITOLOGIA GRIEGA EN RUBEN DARIO, además de ser un libro premiado es el único  dedicado al estudio de la  influencia de los mitos y leyendas griegas en la poesía  y prosa dariana. Obra poco conocida por los nicaragüenses porque este interesante ensayo  no ha sido reimpresa  desde su publicación en 1967. Tampoco es muy conocido el dariista Alejandro Hurtado Chamorro, granadino de cepa, autor también de un libro sobre el filibustero William Walker.
Agrega Diaz-Plaja en su prefacio que: “Manejando los libros clásicos que el propio Darío pudo haber manejado, desde Muller a Paul de Saint Víctor, Alejando Hurtado Chamorro construye el cuadro de curiosidades mentales de Rubén Darío y nos señala, en cada caso, puntualmente, las fuentes probables de cada uno de los textos reseñados, especialmente en los hontanares eternos de la mitología antigua que se llaman Homero, para la poesía griega y las “Metamorfosis” de Ovidio para la latina”.
Definitivamente la obra de Alejandro Hurtado, que cumplirá cinco décadas de publicada el próximo año 2017,  es una guía para entender  muchos poemas de Darío porque la mitología  es compleja, llena de dioses, monstruos, guerras, semidioses, dioses celestiales, dioses y diosas marinas, ninfas de los  bosques,  raptos, bellas mujeres. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
Alejandro Hurtado, recurrió a una bibliografía extensa de más de 80 autores para obtener diferentes visiones de la obra dariana cargada de mitología y que algunos autores han destacado, pero sin centrar su atención en el panteón griego que Darío uso magistralmente, aunque como dice Hurtado Chamorro: “Difícil se hace explicar este helenismo espontaneo de Darío. Un poeta de expresiones sensibles como él, debió buscar como darle forma tangible a cierto exotismo que cristalizó poco a poco en su espíritu, y que añoraba el país y el tiempo de Pericles”.
Después de explicar ese helenismo inexplicable de Darío, Hurtado Chamorro cierra el capítulo con estos meditaciones: “El helenismo de Darío se manifiesta insistentemente en este añorar ese mundo pagano, propicio para el arte y a los poetas”.
 
En los días de mi azul de mi dorada infancia
En Grecia hallaba el néctar que la nostalgia alivia.
 
“Pero la belleza de ese mundo de por si le cautiva. Se enamora de sus dioses y mitos; de sus juegos y fiestas. Todo en él es para el poeta, diáfano y luminoso”.
Según Alejando Hurtado, Darío asimiló muy bien la mitología griega que es para el poeta “un inagotable depósito de material platico que se propone aprovechar para la modelación de su poesía”.En esta labor de selección y adaptación; el cambio adecuado de expresión, la leve variante fisonómica, la tenue alteración del símbolo. Esa labor de lección y adaptación, se le facilita grandemente con el conocimiento de los poetas parnasianos y simbolistas franceses. De ellos aprende la técnica del símbolo y el uso poético de ciertas figuras mitológicas”.
Dice Hurtado que el poeta que más influenció a Darío en esta incorporación de la mitología a su poética fue Laconte de Lisle, “una verdadera escuela que lo guía”.
Entre los detalles básicos para entender esta inclinación obsesiva de Rubén Darío por el helenismo y su apasionamiento por la mitología está  la insatisfacción del poeta por el tiempo que le tocaba vivir; una Nicaragua provinciana, una Europa enfrentada al desarrollo industrial por un lado y el tradicionalismo del siglo XIX.
“Más abominado la democracia, funesta a los poetas”, escribió Darío en La historia de mis libros, “tendí hacia el pasado, a las antiguas mitologías y las esplendidas historias, incurriendo en la censura de los miopes”.
Pero si Hurtado Chamorro revela todo el entramado de la mitología en la poesía dariana, también rechaza las afirmaciones de otros críticos de la obra dariana que juzgan al poeta de hedonista y superficial.
“Yerran deplorablemente los interpretes de la poesía de Darío que solo ven en su erotismo una mera manifestación de apetencia por el hartazgo carnal. No entienden a Darío quienes lo clasifican como un poeta erótico en el sentido usual de la palabra. No; Darío no es un simple exaltador del placer efímero de la carne. El erotismo del bardo nicaragüense tiene un sentido simbólico más profundo, que se eleva por encima de la simple delectación sexual”.
En otro párrafo dice Hurtado Chamorro: “Darío no fue un erótico ni un poseso del ardor sexual. Resulta pues que su erotismo aparece como una simple mitopeya; como un mero simbolismo semejante al de Salomón en el “Cantar de los Cantares”, sin que lo respalde la realidad personal, a pesar de la rotunda afirmación de algunos de sus biógrafos.
Insisto en esta parte del análisis de la interpretación que hace Alejandro Hurtado al helenismo de Darío porque los dariistas todavía no se ponen de acuerdo en esta parte vital de la vida del bardo. “Toda la vida del poeta se caracteriza por una serie de frustraciones de amor.”
“Darío nunca tuvo verdadera oportunidad en su vida, de sentir encendida dentro de su corazón, la llama del amor verdadero. Soto Hall, que  fue su confidente, afirma que el poeta nunca amó. Pero el poeta no amó, porque no tuviera capacidad de amar, sino porque nunca encontró en su camino a la mujer que al par de brindarle amor se lo inspirara”.
La poesía de Darío- erótica en apariencia-es como uno de esos murales que encubren con la figura de Venus, la mística imagen de una virgen cristiana”.
Esa ansiedad amorosa insatisfecha del poeta, explicará como hemos dicho, gran parte del simbolismo mitológico de su poesía.
Quiero antes de seguir hablando del análisis de Hurtado al helenismo de Darío referirme a ese famoso poema: El Coloquio de los Centauros donde el poeta hace acopio de estos personajes mitológicos-mitad hombres-mitad bestias- y nos recrea con un dialogo enigmático entre estos  seres imaginarios.  El lenguaje helénico que usa Darío es bellísimo, ningún otro poeta lo ha usado tan amplia y magistralmente. Este lenguaje es percibido como un intrincado laberinto para los desconocedores de la mitología y su simbolismo.
Por ejemplo estos versos en boca de Quirón:
Ni es la torcaz benigna, ni es el cuervo protervo:
son formas del Enigma la paloma y el cuervo
O estos otros versos en boca del centauro Eurito:
¡No olvidaré los ojos radiantes de Hipomanía!
Hay una gama de  poemas de Darío cargados de figuras mitológicas. Versos con mensajes   simbólicamente difíciles de entender,  creo  estos deberían actualmente  ser examinados desde la perspectiva de la semiótica moderna para una interpretación más clara del pensamiento del bardo.
Sobre los Centauros en la introducción del capítulo dice Alejandro Hurtado que:” ninguna otra figura  mitológica posee tanta ambigüedad interpretativa, en la poesía de Darío, como la del centauro. La apariencia exterior de dicho símbolo reúne todas las características eróticas, sin embargo al someterlo a un minucioso análisis, el investigador llega al convencimiento que el poeta le atribuyo un significado profundamente espiritual.”
Después de una amplia explicación de las posibles causas del uso de la mitología en los poemas y ensayos de bardo; Alejandro Hurtado entra a explicar la presencia de diferentes figuras mitológicas como: Venus, Eros (Amor o Cupido en Romano), Diana, Psiquis, Hipsipila, Atalanta, Leda, Eurídice, Thanatos, Hipnos, la Noche,  llamadas figuras que giran alrededor del Sentimiento.
Apolo y Pan, Dafne y Syrinx, Orfeo y Pitágoras, Hércules, Pegaso y Filomela seres que giran alrededor de del arte o la naturaleza contenidas en diferentes poemas de Darío.
Son incluidas el estudio de las llamadas figuras Hibridas: Los Centauros, Los sátiros, los Faunos y Silvanos.
Finalmente analiza a las figuras llamadas menores: Sirenas, Tritones (mito de Europa), Las musas Minerva.
En el ensayo  de 248 páginas se encuentran  otros seres mitológicos  vinculados estrechamente a los analizados a fondo.
Darío en sus poemas menciona  a las figuras mitológicas griegas y su equivalente en la mitología Romana, que en algunos casos por el uso tiene más vigencia que el original de la mitología griega como es el caso de Diana que es la misma Artemisa griega.
Al final del capítulo  dedicado a Venus la equivalente romana a la diosa griega Afrodita , deidad del amor, la belleza y la fertilidad, Hurtado Chamorro destaca este  detalle: En el Seminario-Archivo “Rubén Darío en Madrid, se conserva un cuaderno de Hule Negro que perteneció al poeta y que guardo toda su vida. En una de sus páginas escribió dos bellísimas estrofas que revelan más que ninguna otra, el significado del símbolo de Venus en su poesía. En ellas declara la íntima comunión que existe entre Cristo, símbolo del amor divino, y Venus, símbolo del amor humano. Ambos símbolos son inseparables para el poeta:
 
Mas sabed que de amor fragante
Venus es luz;
mas es un divino diamante
Cristo en su cruz.
Yo no sé en qué dulce horizonte
nunca he podido separar
a Cristo en su cruz en el monte
y a mi Venus sobre el mar.
 
Leda
Una figura enigmática, que Darío destacó en diferentes poemas es el mito de Leda la bella reina poseída con engaño por el Júpiter quien transformado en cisne hizo suya.
Dice Alejandro Hurtado que el mito de Leda tuvo un significado especial en Darío. “Yo soy cisne, dijo en una ocasión a Manuel Maldonado, “porque el poeta es de estirpe divina, y esta ave sirvió a Júpiter en el mito de Leda; de manera que Darío se identifica con el cisne, porque lo considera depositario, al igual que el poeta, de la chispa divina”.
En esa forma el cisne se convierte para el bardo en el símbolo de la poesía,

Mejicanita preciosa:
que te den luz y armonía
el Cisne-la Poesía-,
y Psiquis- la mariposa.
                                       (A una Mejicana)
 
El libro de Hurtado Chamorro  es difícil conseguir  en Nicaragua pero  en los archivos en las Universidades de Estados Unidos si está. Y son libros  de consulta bien custodiado porque existen  unos escasos volúmenes.
En mi texto he intentado reflejar la importancia de LA MITOLOGIA GRIEGA EN RUBEN DARIO, aunque sé que es difícil dar una visión completa del esa predilección de Darío por la mitología, lógicamente, esta limitante es  por lo voluminoso del libro y la variedad de poemas, seres mitológicos y referencias de otros poetas y escritores.
 
Tampa, Florida, Agosto 2016.