Rubén leyó a Karl Marx durante su estadía en Chile

Por Gustavo Adolfo Montalván Ramírez

En Rubén Darío estaba arraigado al sentimiento de patria, llenando el vacío
de aquella ausencia de su tierra natal, luego de sus viajes por varios
países extraños, tanto en América como en Europa, y se fue sintiendo
como un ciudadano de cada país que le dio albergue, según tesis que
enfoca el cosmopolitismo que nacía a finales del siglo XIX.
El cosmopolitismo fue el lugar de convergencia de las corrientes
migratorias de finales del siglo XIX; del cruce de lenguas extrañas que
invadieron las ciudades coloniales en América; del crecimiento de las
ciudades chatas como un tablero de ajedrez, ascendiendo en estructuras
físicas construidas de piso sobre piso como torres de babel.
Darío en sus viajes transatlánticos rozó en los barcos con todo tipo
de gente, de cultura, de idiomas y de creencias religiosas; observó de
cerca las familias que migraban de Europa hacia la América del Norte,
y hacia la América del Sur.
El poeta se preguntaría en sus adentros: “¿Si era posible el concepto
de Patria, correspondiente al sentimiento de Patria?
De mis constantes viajes y visitas a otras naciones, la mano del destino y la Providencia me depara un lugar para existir. ¿Por qué yo tengo muchas patrias?”.
Esta tesis apuesta que Darío fue un rotundo enemigo de los socialistas
marxistas, porque estos eran “apátridas”, no tenían amor a ninguna
patria, porque eran “internacionalistas”, o sea, no guardaban cariño a
la tierra que los vio nacer ni honrar “el lugar de sus antepasados”.
En el mismo sentido decimos al lector de los asuntos literarios de
Rubén Darío, compenetramos en la exposición verbal que, el poeta
modernista fue un creyente en la doctrina de Cristo, y por lo tanto no
iba con los marxistas porque estos eran “ateos”, no tienen Dios ni moral
que los contenga.
En su crónica, “De la influencia del pensamiento alemán en la
América española” del Libro cuarto de La caravana pasa, muestra su
aversión a la cultura alemana, aunque amando a sus idealistas, sobre
todo al poeta de Colonnia, Enrique Heine, en su viaje a Alemania en
1904.

KARL MARX (1818-1883) EN TIEMPOS DE AZUL…
Karl Marx está de moda en Chile con su libro El Capital. El capitalismo
asoma en todas partes del Viejo Mundo, y asesta sus garras en los
Estados Unidos.
El libro fundamental de Marx, El Capital, cuyo primer volumen
apareció en 1867 y el resto en 1885 y 1894, editado por F. Engels, es
un manifiesto exhaustivo en el análisis del sistema capitalista fue un
libro que leyera detenidamente Rubén Darío en su estadía en Chile, en
1886 – 1889.
El poeta modernista no desconoció los nuevos rumbos que
determinaba la política económica mundial, donde el capitalismo se
definía como el sistema económico y político, basado en el predominio
del capital como factor de producción y creador de riqueza, y cuyos
fundamentos son la propiedad privada de los medios de producción, y
la libertad del mercado.
De ahí que el capitalismo moderno se caracteriza principalmente por
la concentración de capitales (sinónimo de capitalismo monopolista), la
existencia de empresas multinacionales y la subordinación de la
industria a la banca. En este punto cabe destacar que la energía es una
parte importante de los recursos del capital, y que aquella se consume
inmediatamente para transformarse en otro bien.

EL PENSAMIENTO DE MARX Y EL MARXISMO
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se
conocen colectivamente como el marxismo, sostienen que todas las
sociedades avanzan a través de la dialéctica de la lucha de clases.
Fue muy crítico de la forma socioeconómica vigente de la sociedad,
el capitalismo, al que llamó la “dictadura de la burguesía”, afirmando que
se llevaba a cabo por las acaudaladas clases dueñas de los medios de
producción para su propio beneficio.
Teorizó que, como en los anteriores sistemas socioeconómicos,
inevitablemente se producirían tensiones internas, producidas por las leyes
dialécticas, que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de
una nueva clase social, el proletariado.
Sostuvo que la sociedad bajo el socialismo sería regida por la clase obrera
en lo que llamó la “dictadura del proletariado”, “Estado obrero” o
“democracia obrera”. Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente
reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada comunismo.
Junto con la creencia en la inevitabilidad del socialismo y del comunismo,
Marx luchó activamente por la aplicación del primero (el socialismo),
argumentando que los teóricos sociales y las personas desfavorecidas debían
realizar una acción revolucionaria organizada para derrocar el capitalismo y
lograr un cambio socioeconómico.
El pensamiento marxista, que por dicha pasó a las cenizas de la
historia en Europa, afirmaba en el Manifiesto Comunista y la
Ideología alemana, el paso de un modo de producción a otro, no es
evolutivo, sino que debería ser un “salto histórico” en el “proceso
revolucionario”.
Posteriormente N. Bujarin anunciaba la aparición del super
imperialismo, hipótesis confirmada tras la II Guerra Mundial, que se
traducía en la hegemonía de las multinacionales. En este mismo sentido de interpretaciones acerca del nuevo desarrollo de los pueblos, S. Amín y A. Gunder Frank han elaborado el concepto de “economía mundial”, en la que la hegemonía
correspondería a los países “centrales” o “industrializados”, en tanto que los países periféricos (el llamado Tercer Mundo), serían
denominadas como “economías dependientes”.
MARX FUE MAL RECORDADO PARA EL 2016
En el mes de febrero, 2016, la ciudad Granada abrió la feria del libro y otra de
artesanías en el marco del Décimo Segundo Festival Internacional de Poesía
de Nicaragua.
Addis Díaz Cárcamo Especialista en español, Ciencias de la
Comunicación y Semiología, Díaz Cárcamo aprendió en Berlín el idioma
teutón para realizar su tesis doctoral, llega a la conclusión que Rubén Darío
consideró al marxismo como una peste para la humanidad.
Díaz Cárcamo, después de unos años en Europa se convirtió en doctora en
Filología y al regresar a Nicaragua dio clases en su primera alma máter, la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua UNAN, en Managua.
En su obra, Rubén Darío, Crónicas desconocidas, una de las importantes
y muy desconocida en Nicaragua es “Dinamita” (La Tribuna, Argentina, 27
de noviembre de 1893).
Cuando uno la lee se da cuenta que Darío tiene ciertos temores sobre la
nueva ideología de Karl Marx y Friedrich Engels. Le leo este extracto: “Ya
Engels había dicho en el país de Alemania: Tiempo vendrá en que no habrá
más religión que el socialismo”.
Esos filósofos de última hora, tras un hartazgo de Darwin, de Strauss, de
Büchner, de Feuerbach, predican a las masas populares cerradas e ignorantes
la muerte de las creencias y de los ideales religiosos.
La filosofía de los apetitos se esparce como el soplo de una peste”.
Estamos hablando fuerte. Darío está hablando fuerte. Llama “peste” al
marxismo.
Y es que Darío sí tomó posiciones políticas fuertes. Estuvo en contra
también de la nota Knox, que vino a través de una confrontación entre
Nicaragua y Estados Unidos porque aquí se condenó a muerte y se fusiló a
dos filibusteros que invadieron tierras.
Entonces el gobierno de Estados Unidos envió la nota Knox en la que se
decía que había que ahogar a Nicaragua. Darío se pronunció en contra de eso
y después se pronunció también contra Roosevelt.
LOS OROPELES DEL CAPITALISMO EN GUTIÉRREZ NÁJERA
En México, el capital concentrado en la riqueza y el dinero penetra en
la literatura localista a través de los medios de prensa. Manuel Gutiérrez
Nájera, literato y colaborador en los periódicos de México, hace gala en
su prosa de lo que acontece en la época capitalista de la ciudad de
Londres.
El poema en prosa de Darío, titulado “La canción del oro”, es un
canto subliminal, que, aparentemente rechazado por el poeta, el oro es
preferido por todo el mundo, no importando el aumento de la pobreza y
de los indigentes.
El escritor mexicano enfoca el concepto del touriste que va de visita,
de sitio en sitio, a través de diferentes aventuras por el camino de la
riqueza; en la descripción siguiente, tenemos el caso de una mansión,
situada en uno de los barrios más pintorescos de la ciudad de Londres,
de Milord Pembroke, quien un día “…vio feo y monótono, aquel cielo
eternamente envuelto por las nieblas y aún más, ennegrecido todavía
por el hollín y el humo de las fábricas…” en el fragmento del cuento
“Mi inglés”: “Figuraos un vestíbulo amplio y bien dispuesto, con pavimento
de exquisitos mármoles, y en cuyo centro derramaba perlas cristalinas un
grifo colocado en una fuentecilla de alabastro.
Pasad por alto los frescos y pinturas que adornan las paredes, y sin
deteneros a examinar aquellas cornisas caladas con primor y gusto,
entrad por esa calle de palmas acuáticas cuyas copas figuran
gigantescos abanicos, al jardín en cuyo centro se alza el pabellón de
las habitaciones.
Convenid conmigo en que este parterre lindísimo es el súmmum de la
belleza y la elegancia. Nada hay, ni el más pequeño detalle, que no
revele la opulencia y el gusto de Pembroke.
En aquel jardín se han reunido, por un esfuerzo poderoso del dinero,
los árboles y plantas de más extraños climas y más remotas tierras. el
cedro del Líbano y el cactus de la India se entrelazan y juntan a los
perfumados bosquecillos de naranjos.
El floripondio de alabastro y el nenúfar de flexible tallo crecen al
lado de la camelia aristocrática y del plebeyo nardo. Las plantas más
exóticas, más raras, más extrañas, vense amontonadas por un poder
incontrastable: la riqueza.”13 (Mapes, 1994)
*FRAGMANTO DEL LIBRO
“RUBEN DARIO Y LA LITERATURA ALEMANA”

Nota
13. Darío describe al huaso robusto, en “III Paisaje”, Sección del “Álbum porteño”
que habita en el campo de Chile, y que pudiera ser un “quid pro quo” de Manuel
Gutiérrez Nájera, quien describe la figura de un millonario que habita la ciudad del viejo
Londres, en su mansión con su vida de príncipe, dueño de palacios y caballos árabes,
personaje que aparece en el cuento “Mi inglés”: “Milord Pembroke, mi amigo, es, a
pesar de su flema inglesa y sus cuarenta navidades, un gentleman legítimo.
Alto y robusto como un Milón de Crotona…” (Cuento publicado en El Federalista, de
México, el 30 de septiembre de 1877, titulado “Cosas del Mundo” y firmado
“Manuel Gutiérrez Nájera”. En la Voz de España, de México, se publicó nuevamente
el 5 de octubre de 1879, ya con el título “Mi inglés”, y con la firma de “M. Gutiérrez Nájera”;
luego en El Cronista de México, el 18 de diciembre de 1880, con el título de “Memorias
de un vago”, y firmado por “M. Can-Can”; y en El Nacional Literario, de 1882, con el título
de “Mi inglés” y la firma “M. Gutiérrez Nájera”.
Bibliografía
Darío, R. (1913). La vida de Rubén Darío escrita por él mismo. París:
Editorial Maucci.
Manuel Gutiérrez Nájera – Cuentos completos. (s.f.). México: Fondo de
Cultura Económica.
Ramírez, G. A. (2009). Rubén Darío y la literatura norteamericana.
Managua: Laboratorio Digital de GAMR.
Ramírez, G. A. (junio de 2019). El marxismo visto por Rubén Darío.
Obtenido de El marxismo visto por Rubén Darío: www.albany-
radio.com
Ramírez, G. A. (10 de junio de 2019). Estudios de Rubén Darío acerca de
los escritos de Karl Marx y el marxismo. Obtenido de Estudios de
Rubén Darío acerca de los escritos de Karl Marx y el marxismo:
https://albany-radio.com/index.php/2019/06/10/estudios-de-ruben-
Darío-acerca-de-los-escritos-de-Karl-Marx-y-el-marxismo/