8 POEMAS DE SEMANA SANTA PARA REFLEXIONAR

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8 POEMAS DE SEMANA SANTA PARA REFLEXIONAR

POR HORACIO PEÑA

I
LÁZARO Y EL HOMBRE RICO
Había un hombre que vestía lujosamente
y todos los días comía en su palacio
o iba a la Tour d’Argent
-La Torre de Plata-
a reunirse con los presidentes
de las macroempresas y macro compañías,
las nacionales y las trasnacionales.
Vino y toda clase de carnes y aves
guardaba en sus bodegas.
Había un hombre que se tendía a la puerta del rico
-no tenía acciones ni era amigo de los poderosos-
y sentía ganas de llenarse con lo que caía
de la mesa cubierta de manteles de lino y candelabros.
Su cuerpo llaga viva y un perro lamía sus heridas.
Dentro la música,
la rica gente, la bella gente,
el jet-set
con sus vestidos de Christian Dior y Pierre Cardín
bailando al compás de la orquesta de moda
el último grito de la moda y de la música.
Murió el pobre y murió el rico
y se encontraron en el lugar de los muertos
-ahí donde baja la gente adinerada con toda su bulla
y la gente con su hambre y su miseria. –
El rico gritaba pidiendo a Lázaro
le calmara la sed con un poco de agua
-una gota de agua que tocara su lengua-
pero había un abismo entre los dos
que nadie podía unir.
Así las naciones ricas y los nuevos ricos
-con su petróleo negro como su alma negra-
y su neocolonialismo
su monopolio de la tecnología y de la ciencia,
sus bloques y sus áreas de influencia y de poder.
Así los países pobres cada vez más pobres
con su economía agropecuaria y minera
-mono cultivadores-
en busca de un trato justo,
no la dádiva o la limosna,
sino el precio que vale su materia prima,
su madera, minerales y metales,
su café, su azúcar y algodón.
El Tercer Mundo
-Lázaro Tercer Mundo-
que ve cómo se arroja al mar
todo el excedente de los países ricos-
-Epulón, Epulón, Epulón-
para proteger los precios del mercado.
Imponen tratados y convenios
-pocos tienen mucho y muchos tienen poco-.
Pero ya un resplandor ilumina las sombras
-acabaré con el orgullo de la clase dominante
humillaré la soberbia de los ricos
Un grito viene desde las montañas, caseríos y ciudades,
despiertan los pueblos langostas,
hambrientos, encadenados,
para acabar con la injusticia
-rompen las cadenas
y sacuden el yugo-
para abrir un abismo
que ya nada podrá llenar.
Marzo, 1976

 

II
LA MONEDA DEL TRIBUTO
Se acercó a Jesús
el Ministro de Economía
y el Director de Ingresos y Crédito Público
-que sólo piensan en decretar impuestos
para aumentar sus riquezas
y las riquezas de los hombres que están en el poder-
y le dijeron:
– “Maestro,
el pueblo se amotina contra nosotros,
incendia las casas y los estadios,
nos amenaza,
a nosotros que somos la autoridad y el poder,
se niega a pagar contribuciones
y no nos obedece “
Y Cristo les respondió:
– “El poder y la autoridad
solo se obtienen y mantienen
cuando se practica la igualdad con libertad,
y si el Señor Presidente y el magistrado
no publican decretos contrarios a la justicia.
Es necesario disponer con honestidad
de las rentas públicas,
el pueblo paga para tener escuelas,
hospitales, parques,
y no para la compra de armas, aviones, tanques,
mansiones, tierras para la gente del poder.
Por lo demás,
es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres,
sobre todo, si la tiranía es manifiesta y prolongada. -”
Y ellos:
– “Pero la subversión va contra la ley- “.
Y Cristo:
– “Llamáis subversivos al que busca
la liberación espiritual, económica y social,
y subversión a la denuncia contra los mecanismos de opresión,
de las minorías que controlan los medios de producción- “.
Y ellos:
– “Pero Señor,
¿No crees que deben pagar al Erario y la Hacienda Pública? -“
Y Cristo:
-” Lo que os interesa es el lucro y la usura
y no el bienestar del ciudadano,
os interesa el lucro privado
y la propiedad privada para el lucro.
La propiedad es buena, pero es para todos
y debe alcanzar a todos.
Mientras exista el subconsumo y el marginado
habrá siempre guerras y rumores de guerras.
Mostradme la moneda del tributo- “.
Sacaron una moneda
y podía verse un hombre y una mujer
devorados por el hambre
y un niño enramándose al pecho
-un saco de huesos-
que chupaba inútilmente
-ni leche, ni miel, ni luz,
crecía bajo los pechos-
y al preguntarles:
– ¿“de quién es esta efigie? _”
Contestaron:
– “Del pueblo- “.
Dijo Jesús:
– “Pues dad al pueblo lo que es del pueblo
y a Dios lo que es de Dios. -“
Marzo, l977

 

III
LAVATORIO DE LAS MANOS
Doy vueltas para no ver ni oír.
Inútil.
Él está ahí, en ellos.
Él es ellos y todos los demás.
Un Dios encarnado, un pueblo encarnado.
Nada tengo que ver con lo que aflige al mundo:
la guerra que devasta la ciudad
y siembra de muerte el pobre campo,
yo no la hago.
El hombre que se tortura,
las uñas arrancadas, la vida arrancada,
la cara
los testículos deshechos,
cortados,
arrancados,
yo no lo llevo ni lo cuelgo.
Trato de no ver
la divina dimensión del hombre.
Pretendo olvidarla.
y luego sacrifico,
quemo todo lo que tiene de humano.
Me lavo las manos.
Soy puro, soy puro, soy puro.
No robo. No mato.
No engaño.
Pago los diezmos y primicias
y sostengo casas de caridad,
asilos y orfanatos.
Cumplo la ley y los profetas.
“Not to get involved”.
No comprometerme.
Pero todo cuerpo
es el templo de Dios
y hemos rechazado comulgar con Dios
a través del hombre.
Primero derramamos la sangre del Creador
y luego de la criatura
hecha a su imagen y semejanza.
El que muere ametrallado
la mujer con su vientre violado
no es mío y no lo toco.
Lo veo y es como si no lo veo.
Lo oigo y es como si no lo oigo.
En las minas, fábricas, circos y galeras
está el miembro visible del Cordero
el otro Cristo,
pero lo ignoro, doy vuelta la cabeza.
La guerra entre los pueblos
es buena para la venta de armas,
sube las acciones de la bolsa.
La sequía viene bien
para meter el trigo en los graneros
y sacarlo en tiempo de hambre.
Me pongo mi sonrisa
de ciudadano honesto, satisfecho, justo,
y me lavo las manos.
Soy puro, soy puro, soy puro.
Febrero, 1977
IV
EL PRENDIMIENTO
Llegó al Huerto de los Olivos
el jefe de los sacerdotes
y el jefe de la policía del templo
y lo rodearon en su círculo de tinieblas.
Linternas y antorchas
espadas y palos sobre su cabeza.
El beso señala la traición:
“-Amigo,
¿a qué has venido? -“
Ahí está mi doctrina
todos los días la grito
desde los tejados, plazas y mercados.
Todos los días hablo contra el desempleo,
la mortalidad infantil, el analfabetismo,
la acumulación desmedida de riquezas,
la especulación con la tierra y el hombre.
Proclamo la buena nueva,
la liberación total
-Todo el hombre y todos los hombres-.
Denuncio que a un pasado de colonización
sigue un presente de explotación.
Entre el capital y el hombre, estáis por el capital
entre el estado y el hombre, estáis por el estado,
pero el hombre es la medida de todas las cosas.
La conquista del reino de los cielos
-que es la conquista de la eternidad-
comienza en este mundo, en este tiempo,
en este aquí y en este ahora.
El hombre no fue hecho para el sábado
sino el sábado para el hombre.
Llegaron a la casa
se sentaron a la pobre mesa.
Comían.
Entró la guardia, la soldadesca,
el jefe de la policía secreta.
Afuera
Los tanques y metralletas,
los focos y megáfonos.
el compañero de armas, ideales.
Compartidor del peligro, del sueño y del ensueño,
un oportunista
un arribista de última hora:
– “Amigo,
¿a qué has venido? -“
Lo apuntaron al pecho, golpearon y ensangrentaron.
Lo escribí en todas partes:
muros
periódicos y revistas
la radio
y las hojas volantes.
Con el salario que se paga al trabajador
se construyen quintas y mansiones
y con la iniquidad se edifican salones y jardines.
Nuestra fe no evade lo real histórico
sino que transforma el subdesarrollo
la opresión y la miseria.
El hombre no fue creado
ni para el estado ni para ningún partido,
está sobre todos los estados y todos los partidos.
A una violencia injusta
sucede siempre una violencia justa.
Los acusaron de sediciosos,
individualistas,
perturbadores de la paz,
alborotadores.
Hablaban de la dignidad
la libertad
la igualdad comunitaria.
Los derechos del hombre.
Marzo, 1976
V
EL PROCESO
No vine para estar con el sistema
sino para denunciar todos los sistemas.
Gog es el gran consorcio,
la injusticia y la explotación.
Magog es el despotismo del estado
el despotismo del partido.
Los dos son abominables
por eso los rechazo.
Ustedes meditan la injusticia
traman el mal durante la noche
y al amanecer lo ejecutan.
Todo cae bajo sus manos.
Todo va a sus cuentas en los bancos.
Juntan casa a casa
y campo a campo
hasta apoderarse de todo el lugar
y quedar como únicos dueños del país.
Convierten al hombre en una cosa
lo alienan
lo encierran entre cuatro paredes
no le dan un nombre
sino un número
una tarjeta I.B.M.,
roja, verde, amarilla,
según el caso.
Pero no le dan agua, ni luz, ni aire,
ni libertad.
Para esto vine al mundo
para dar testimonio de la Verdad.
Todo lo que esclaviza y el que esclaviza
será borrado de la tierra.
No crean que la rebelión contra el estado
el alzamiento en armas,
termina con la muerte del combatiente,
termina sólo cuando no haya nunca más
ni explotadores ni explotados.
La sangre del pueblo es semilla de pueblo.
La paz no se encuentra por casualidad
es la búsqueda de todos los hombres
es el producto de la igualdad y la justicia
es el producto del amor entre los hombres.
Rechazáis el amor y seréis juzgados por el amor.
Como de aquella ciudad
que no quedó ni cimiento ni nada,
de estas ciudades no quedará
ni hierro sobre hierro
ni piedra sobre piedra.
Destruidos serán sus supermercados,
centros comerciales, plazas de compras,
palacios dictatoriales, oficinas de seguridad,
catedral, iglesia, templo
que no fue refugio del perseguido.
Era una amenaza para el sistema
para todos los sistemas.
Un agitador, un peligro para el orden público.
Provoca la fuga de capitales
ahuyenta las inversiones.
Es un hombre oscuro,
hijo de carpintero,
un obrero de la fábrica, un campesino
¿quién preguntará por él?
¿quién se preocupará por él?
Ni el mismo pueblo que defiende,
el pueblo siempre fue crucificador de redentores
siempre fue cobarde.
Lo crucificaron a las tres de la tarde,
lo tiraron a un camino con cinco balas en el cuerpo.
Pero el pueblo hizo
que no pasaran sus palabras.
Septiembre, 1976
VI
ECCE HOMO
Entonces lo sacaron al balcón
con escupitajos
y golpes y sangre en todo el cuerpo.
El rostro hinchado, hinchándose,
todo El reventado, reventándose
por dentro y por fuera.
y dijeron a la multitud:
– “Ecce Homo- “.
He aquí al hombre.
Llamaron a los periodistas,
fotógrafos y corresponsales extranjeros
y mostraron el cadáver.
Lo encontraron entre las sábanas
-parecía recién bañado,
el pelo recortado un poco,
solo un ligero golpe sobre la frente-,
y dijeron:
– “Ecce Homo- “
– “Ecce Homo- “
las mujeres que escarban bajo los desperdicios
en busca de periódicos viejos, cartones, piedras,
el pan hecho piedra, la comida hecha piedra
-lo inservible de la sociedad de consumo-
para llevarlo a sus hijos
y hacer sus chozas de hojalata y talalate
-infierno en el verano
frio en los huesos en el invierno-.
– “Ecce Homo- “
el niño que se arrastra en el suelo,
que se harta tierra, que traga tierra, que caga tierra,
las moscas zumbándole en los ojos, la boca, el sexo,
y las ratas husmeando los descarnados huesos.
– “Ecce Homo- “
el que no tiene nada
que le gritan que no vale nada
que le han hecho creer que no tiene alma ni nada
que el alma no vale nada.
-” Ecce Homo- “
el que no sabe leer ni escribir
pero que lo hacen firmar las declaraciones del partido
las consignas del partido
que lo llevan a la casa del partido
bayoneteado.
-” Ecce Homo- “
el que no puede protestar
y lo arrastran a la plaza
-la plaza roja y la plaza blanca-
para vitorear al libertador y liberador,
y ver desfilar los tanques,
al glorioso ejercito que lo defiende y lo protege.
-” Ecce Homo- “
el vapuleado
el garrote que cae y cae,
el que muere fusilado
-los ojos bien abiertos-
viendo
viendo siempre
ya la patria libre,
viendo ya el nuevo reino y los nuevos tiempos,
el hombre nuevo
-renacido-
más justo y humano,
generoso, fraternalmente solidario,
en el esplendor del medio día.
-” Ecce Homo. -“
Marzo, 1977
VII
EL JUICIO DE DIOS
Yo veo todos los días al
Corpus Domini Jesus Christi
que es el cuerpo de todos
los perseguidos y desposeídos
tirado por el suelo
la bota sobre el rostro
y la risa coreando
la violación y la sangre.
En la sociedad de la opulencia
dos de cada tres hombres
muere de hambre.
Jardines colgantes y fuentes luminosas
adornan las mansiones
pero el hombre
y el Hijo del Hombre
no tiene una piedra donde reclinar la cabeza.
Hablan de libertad, igualdad y fraternidad,
pero establecen la dominación
de una clase sobre otra clase
de una raza sobre otra raza
de una ideología sobre otra ideología.
No creen en lo visible
ni menos en lo invisible.
Ni en lo humano
ni menos en lo divino.
Pisotean al débil
le niegan sus garantías ciudadanas.
Queman la Cruz del Altar
y también la Procesional.
El poder arranca
la Palabra, la Libertad y la Vida.
No es protección de la viuda
ni refugio del huérfano.
El Expolio se renueva:
se pide agua y se da vinagre.
Al pueblo desnudo
se lo ata a una columna
se hiere y zahiere
y se le puede contar el número de sus huesos.
El esbirro bien entrenado
sabe su oficio:
torturar
y herir de muerte.
El poder deshace la Justicia
hace la Injusticia:
amenaza
engaña
mata.
Se distribuyen entre ellos
los despojos del pobre.
Pero vendrá el Juicio de Dios
-se alzará el perseguido y el hambreado,
la viuda y el huérfano-
y derribarán al Poder.
Estrellarán a sus hijos y a los hijos de sus hijos
contra los muros de
Babilonia
Bangladesh
Monimbó.
Terrible es el Juicio de Dios.
como los crímenes del Poder.
Julio, 1974

 

VIII
EL ANGEL EXTERMINADOR
Ellos están arriba
mientras El muere una y otra vez.
Se reparten sus vestidos
echan suertes sobre su túnica.
Como aves de rapiña
se roban todo lo que llega para el pobre:
el aceite de la alcuza
el trigo de la orza.
El asaltante de caminos
-Jerusalén, Jericó-
el que sustrae el Pan del Sagrario
y el Oro del estado
gozan de su protección
y con ellos parten y comparten.
Ahí perdonan al culpable por dinero
y privan al justo de sus derechos.
No la cuerda alrededor de la cintura
sino el cinturón de lujo.
No el saco penitente y la ceniza
sino el vestido de pedrería y el perfume.
No la cabeza rapada
sino la hermosa cabellera.
Son sordos a la congoja del desventurado
y el sollozo del afligido.
Sólo tienen oídos
para la cítara y la pandereta
el arpa y la flauta.
Pero ya la mano violácea
anunciadora de ruinas y de muerte
traza límites a sus días y sus vidas:
-Tu reino será destruido
y la iniquidad se lavará con sangre. -“
Por las siete puertas entra el pueblo
-Ángel Exterminador-
con su espada de fuego
purificándolo todo:
la piedra y el agua
el metal y la madera.
Lo que estaba torcido
anda ahora derecho.
Ya no se oye el llanto del niño
ni el grito de dolor de la mujer
-cuerpo que desciende de la Cruz-
cuerpo mutilado en la húmeda prisión
porque amó la Libertad y el Amor-.
Resplandece en el hogar la alegría para siempre
cuando se bendicen y reparten de nuevo
los panes y los peces.
Cada uno ve el fruto de su fatiga y su trabajo
-no hay amo ni siervo-
y los bienes cristianamente repartidos.
Nadie tiene miedo de nadie,
y todos los hombres son hermanos
en el nombre del Hijo del Hombre.
Septiembre, 1976