“El AMOR Y LA TEMPESTAD” POEMARIO DE LA POETISA ROSARIO MENDOZA COREA

 

“El AMOR Y LA TEMPESTAD” POEMARIO DE LA POETISA ROSARIO MENDOZA COREA

PrólogoPor Gustavo Adolfo Montalván Ramírez

Caprichos, encantos imaginativos, sutilezas y confesiones románticas, poesía autobiográfica, ansiedades sin apasionamientos, son parte de las nostalgias que recoge el nuevo libro a publicarse próximamente EL AMOR Y LA TEMPESTAD, de la conocida Periodista y poetisa Rosario Mendoza Corea.

En este día, me dio por hacer el Prólogo a los poemas de Rosario Mendoza Corea, y dije para mis adentros: ¡Cuánta razón le invadió el pensamiento a mi amigo periodista y poeta, José Antonio Luna, al escribir el artículo “Ahora que los poetas escasean…”

Luna siguió escribiendo: “Es una legítima obligación para que las nuevas generaciones amantes de la lectura y ansiosas de romper con el control de los autoritarios de la literatura, puedan describir por sí solos a su poeta preferido, a su novelista de cabecera, a su ensayista predilecto

La creación, fuente inagotable de poesía, es vital al momento de escribir un verso, al instante de dejar que el alma exprese su misterioso lenguaje.” [1]

Todo esto ocurre en la actualidad en Nicaragua, y lo sintetiza el poeta y periodista José Antonio Luna, en el 2014, y que yo tomo esas palabras para iniciar el Prólogo a los poemas de Rosario Mendoza Corea.

Antonio Luna plantea: “Es urgente la buena poesía, el buen cuento, el buen escritor… Urge la buena poesía, para no caer en lo superficial disfrazado de bueno, en la barbarie.”

Por tales razones, yo decía al comienzo del presente escrito, cuando Luna señalaba que “Ahora que los poetas escasean…”

La poetisa Rosario Mendoza Corea cumple con aquello que, al momento de escribir un verso, ella crea en su vitalidad, lo que su alma expresa en misterioso lenguaje. Rosario en su creación, nos muestra varias facetas que ella misma clasifica, y nos lo explica.

Seguí yo la lectura de su manuscrito y fui encontrando, entre palabras sencillas, los ideales expresivos, desde lo divino a lo extremadamente humano, incluso de las cosas olvidadas pero que son maravillosas, aún en nuestro tiempo de súper crisis, casi deshumanizado.

Yo salvo a Rosario en lo que sentencia Luna, lo que parece irremediable: “Por ahora la cantidad supera a la calidad (poética).

Los Medios de Comunicación, son vastos en información nociva, traen mucho sensacionalismo artístico, la corrupción de los famosos, el tatuaje de piel, la destrucción de símbolos y reputaciones acrecentadas en la fama, de la infidelidad como tema literario, y nada de nuevos valores, o de respeto a las creencias, nada de renovación de calidad, o de amores por correspondencia… lo cual es urgente restaurar lo que ha destruido la barbarie, como nos lo dice Antonio Luna.

Rosario me dijo: “Yo aprendí a escribir versos, desde mis tiempos de colegiala; me salían los versos al natural, espontáneamente y comencé a escribir de lo que dentro de mí salía para expresarme…

 Sin embargo, en mis estudios básicos de bachillerato, seguí el orden a veces de la métrica española, y desenvolví mis poesías con algunos matices de rima y ritmo.

Me gustaba y me sigue gustando la poesía de Rubén Darío, desde que yo estudié en mi amada Matagalpa, pero al escribir mis poemas yo no trato de imitar a Darío, o a alguien en particular.

Yo recuerdo también, que, en el año 1976, hubo un concurso nacional, en tiempos de la ministra de educación, Helia María Robles, bajo el lema de “El espíritu centroamericanista del nicaragüense”, y gané el Primer Premio de Literatura, en el género de Ensayo, a nivel nacional”.

Con este razonamiento de Rosario quedamos informados que ella, no se forjó en una escuela poética prevista, sino que percibe algunas influencias de sus estudios de literatura española sin buscar profundidades.

En mi lectura de los poemas de Rosario, yo percibo a veces, la influencia natural de la lira, tal como lo dictan las preceptivas literarias o diccionarios escolares: “La lira es la combinación métrica de cinco versos (heptasílabos, el primero, tercero y cuarto, y endecasílabos los otros dos restantes), de los cuales riman el primero con el tercero, y el segundo con el cuarto y el quinto.”

Ejemplo de lo que aquí digo son los poemas titulados: “Dios” y “Dios en la tempestad”, en los cuales hay versos heptasílabos, eneasílabos, y endecasílabos en su mayoría, que pertenecen a la forma de lira, aunque Rosario los combina muy bien con versos dodecasílabos y de catorce sílabas (alejandrino) que no destruyen el espíritu de la lira, donde se cuentan estrofas de seis versos que tampoco afecta a la lira.

 

Te veo en todas partes,

eres el nombre que en mi mente pasa,

eres la atmósfera límpida que respiro,

eres el Hacedor de todo el arte.

Te veo en la soledad que me abraza,

y te miro en las calles que camino.

Ejemplo de ellos, cuando yo digo dodecasílabos, voy a mostrarles a ustedes la inserción de una estrofa totalmente compuesta de versos dodecasílabos, en el poema I- DIOS.

 

TU vives en el canto de ruiseñores

que aparecen adornando las mañanas,

En la brisa que se mece con el viento,

en el suave arrullar de las palomas,

en el graznar agorero que presagia

lo intangible y agradable de tu magia.

En la ninfa marina que lleva aromas,

y en los líricos orfeones de la iglesia,

te presiento.

 

En otros ejemplos de versos con medida tradicional, Rosario Mendoza Corea se asiste con versos octosílabos y hexasílabos magistrales, hasta el extremo de confundirse el verso con la prosa como lo hacen los grandes maestros de la poética modernista y vanguardista, y es aquí donde aparecen sugestivas metáforas, en sentencias, descripciones líricas y épicas.    

Pero el pensamiento en general de Rosario, gira con sencillas expresiones, donde aparece un glosario natural que ella esgrime en su personal vocabulario. Por eso en su poesía descubrimos caprichos, encantos imaginativos, sutilezas y confesiones románticas, poesía autobiográfica para no decir del orden familiar, ansiedades sin apasionamientos, pero sí, escuchamos latir su corazón, por los caminos de su vida con humildad y franca bondad, con salientes reflexiones del vivir bajo un universo lleno de estrellas refulgentes.

 

CONTINUARA EN II ENTREGA…

 [1] Imágenes del Tiempo I. José Antonio Luna.

Ediciones Cougar Connections Art, Tampa, Florida, USA. 2014. Cf. p.