EDGAR ALLAN POE

CRÍTICO LITERARIO

Por: José Antonio Luna

 El 19 de enero de 2009 se conmemoró el segundo centenario del nacimiento de Edgar Allan Poe (Boston,1809-Baltimore, 1849) uno de los escritores vitalmente influyentes en la literatura norteamericana del siglo xx. Poeta, cuentista y narrador genial popularmente más conocido por sus cuentos de suspenso, misterio y terror; tuvo una vida bohemia llena de calamidades y extravagancias. Pese a la adversidad fue uno de los grandes críticos literarios de su tiempo.

Este 7 de octubre se cumplen 168 años del fallecimiento de Poe. Fecha memorable que para sus admiradores es motivo de visitas al cementerio de Baltimore para dejar flores y otros curiosos regalos, al padre del cuento corto y las narraciones de suspenso y misterio.

Incomprendido por la conservadora y puritana sociedad norteamericana; vivió una existencia marcada por el alcoholismo y la miseria en Boston, New York, Virginia, Baltimore. Sería muchos años después de su muerte que se reconocerían sus indiscutibles valores literarios. Por el contrario, y paradójicamente en la década de su deceso era glorificado y reverenciado por los simbolistas y parnasianos franceses. Fueron las traducciones de Charles Baudelaire las que permitieron la difusión de sus cuentos estrambóticos, alucinantes, malévolos, en Francia e Inglaterra.

Poe, es todavía aclamado por sus críticas a los textos, de los poetas y novelistas connotados: Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, John Greenleaf Whitter, Walt Whitman a quienes llamó “frogpondians” por su apego al trascendentalismo en boga (Edgar Allan Poe, Jennifer Peltak Chelsea house publishers, 2004). Estos escritores defendían la idea de que toda ficción debería tener una consecuencia moral. Pese a la estridencia de las criticas de Poe, los trascendetalistas y románticos como: Nathaniel Hawthorne, James Fenimore Cooper y Washington Irving jamás negaron el genio creador, innovador y perfeccionista del poeta melancólico, solitario.

Victima hasta su muerta del diablillo de la dipsomanía, Poe, fue el precursor de la nueva literatura norteamericana con su estilo crítico, riguroso y a veces implacable. Su espíritu rebelde, inconforme lo llevó a enfrentarse en interminables polémicas con escritores influyentes que lucharon en vano por apagar sus ataques. “Desde el momento en que esgrimía su pluma, Edgar Poe era un guerrero, un combatiente de la piratería y del monopolio intelectual, que tendía en concentrarse en New York y Boston, desde donde revistas como la North American Review o la Knickerbocker imponían modas y descabezaban o ensalzaban autores y movimientos” (E.A. Poe, El nocturno americano, Juan Alberto Conde, Bogotá, editorial Panamericana, 2004).

Poe, rompió el autoritarismo literario de los bostonianos. Publicó por primera vez “The Raven” (El cuervo) extenso poema de rigurosa estructura y ritmo, en enero de 1845 en el Evening Mirror. Un mes después el editor del Graham’s Magazine James Rusell Lowell publicó un artículo ensalzando al poeta a quién invitó semanas después a dar una conferencia a Boston. Acto considerado un fiasco por las dos horas de retraso con que llegó el invitado y la lectura de un viejo y conocido poema- Al Aaraff- que defraudó a la exigente concurrencia, que esperaba un poema inédito o un cuento recién “salido del horno”.

Las críticas llovieron sobre el poeta. Ataques que solo pudo acallar un año después con la publicación de “El tonel de amontillado (Cornelia L. Walter. Editor, Boston Evening Post, octubre 17, 1845”)

Para Poe la perfección de todo texto era parte de una planeación rigurosa, exacta. Refiriéndose a su poema mas conocido El cuervo explica: “ningún detalle de su composición puede asignarse a un azar o a una intuición, sino que la obra se desenvolvió paso a paso hasta quedar completa, con la precisión y el rigor lógico de un problema matemático” (E.A. Poe, Ensayos críticos, Madrid, Alianza, 1973).

La epidemia de peste que azotó a Estados Unidos la década de los 30s, y el paso del cometa Halley en 1833 fueron sucesos que dejaron honda huella la creciente neurosis de poeta, quien utilizaría esas experiencias para escribir: “El rey peste, “La mascara de la muerte roja” y el poema “Eureka”.

La fama y la gloria cobijaban al poeta que moriría trágicamente pocos años después a la temprana edad de 40 años.

Los tiempos de Poe, fueron los del crecimiento del periodismo en Estados Unidos con el perfeccionamiento de la imprenta y el crecimiento industrial, de allí que casi toda la obra de los más afamados escritores fuera publicada primero en los diarios antes de llegar convertirse en libro; era la época de los “penny papers”.

También vivió el trauma de la discriminación de los ciudadanos del sur en las décadas del expansionismo y la lucha por la abolición de la esclavitud. Como soldado de la marina de guerra y después como cadete de la prestigiada academia de West Point sufrió el rigor de la vida militar.  La guerra de Secesión o guerra civil (1861-1865) terminó con la esclavitud, pero dejó un sur devastado y un país dividido.

Son extraordinarios los aportes de Edgar Allan Poe a la literatura. Perfeccionó la estructura y composición de lo que ahora llamamos cuento corto. Eliminó todos los elementos que vincularan al cuento con la novela como: “descripciones, diálogos y los comentarios. De esta manera convirtió el cuento corto en un género altamente especializado, casi analítico, que demanda una técnica muy depurada del escritor y un perfeccionismo que no admite lo difuso” (José Juan Dávila Soto, Narraciones extraordinarias, E.A Poe. Editores mexicanos unidos, s.a. 2006).

Quizás estas celebres palabras de Nathaniel Hawthorne resuman la trascendencia de Edgar Allan Poe como crítico e infatigable buscador de la perfección del arte: la poesía. “El señor Poe ha conquistado el puesto que merece por su imaginación, pero corre el riesgo de ser expulsado del mismo por su pertenencia a la clase insoportable de los críticos”.

Precursor de la defensa de los derechos de autor, en 1842 tuvo la oportunidad de encontrarse con Charles Dickens quien visitaba Estados Unidos. El tema central de los dos encuentros -entre Dickens y Poe- fue sobre la protección de los derechos de autor, (copyright).  Era muy frecuente en ese tiempo el plagio literario en América y Europa.

Poe, quién se reía de sus adversarios y detractores con la frase: “Tengo gran fe en los locos. Mis amigos le llaman confianza en mi mismo” tuvo una muerte misteriosa que todavía no se aclara.

Según datos oficiales del Washington Collage Hospital de Baltimore; Poe, falleció de congestión cerebral. Había sido encontrado cuatro días antes en una calle de la ciudad en un estado deplorable, estaba desquiciado, balbuceando y delirando. No se sabe como apareció en Baltimore. Se asegura que el día de su desaparición había tomado el tren hacia Philadelphia.

El poeta, falleció el 7 de octubre de 1849. En los momentos que antecedieron a su deceso, -en sus delirios-  mencionaba recurrentemente a Jeremiah Reynolds, el explorador del antártico que inspiró las aventuras de Arthur Gordon Pym.

 

Tampa, Florida, Julio 2017.