Por: José Antonio Luna

Del libro inédito: De la poesía a la novela

En la década del 60s surgió un grupo literario “Los bandoleros” que tendría una vida efímera, pero empujó a la palestra pública a un grupo de jóvenes granadinos -de Granada de Nicaragua- que con el transcurso del tiempo brillarían con luz propia y serían la contraparte del grupo “Ventana” de León y “La Generación Traicionada” de Managua.
De este grupo de poetas y escritores nacidos, casi todos, en la colonial ciudad de Granada y herederos de apellidos ilustres, destacaron: el investigador y crítico literario y polígrafo, doctor Jorge Eduardo Arellano y el poeta Alberto Cuadra Mejía, a quien el poeta Carlos Martínez Rivas, CMR, le prologó su primer libro de poemas titulado “Lo que muy pocos escribirían”. Escribió CMR en la parte final del prólogo: “no prosigo citando; ni intento imponer características en el libro LO QUE MUY POCOS ESCRIBIRIAN de Alberto Cuadra Mejía; aunque podría conjugar el nombre de William Blake.
También fueron del grupo “Los bandoleros” el poeta Francisco de Asís Fernández, quien ha estado muy enfermo en los últimos años, el poeta “Carpintero” Raúl Xavier García, quien falleció en año 2013, Orión Elpidio Pastora, quien voló prematuramente, Auxiliadora Marenco Gutiérrez, Adolfo Miranda Sáez, Horacio Duarte, Horacio Bermúdez y Francisco Castillo. Mis disculpas si omití a algún poeta bandolero.
Casi todos estos escritores nacidos en la década del 40s emigraron a Managua, la capital, donde se mantuvieron independientes de otros grupos dejando atrás a su matriz “Los bandoleros” que solamente es una referencia. El único del grupo nacido en la década del 30s fue el poeta carpintero quién se vinculó muy joven con los intelectuales del Movimiento de Vanguardia fundado en “La Gran Sultana” por José Coronel Urtecho y Pablo Antonio Cuadra en 1926.
El doctor Jorge Eduardo Arellano, en un texto donde menciona el grupo “Estandarte de Bandoleros” afirma que la fundación del grupo ocurrió el 15 de enero de 1963 y que el manifiesto de este fue publicado en el diario La Prensa de Managua.
Algunos “bandoleros” se apartaron de la poesía a excepción de Alberto Cuadra Mejía y Francisco de Asís Fernández quien fue presidente del Festival Internacional de poesía de Granada, ya suspendido.
De este grupo de escritores quiero destacar la personalidad de Alberto Cuadra porque me parece el más genuino. Y porque a sus 81 años sigue produciendo poesía en su exilio de Miami.
Supe de este grupo literario “Los bandoleros” por referencia de algunos de sus integrantes cuando viajaban diariamente de Granada a Managua porque la ciudad colonial languidecía y tenían que buscar nuevos horizontes para ejercer sus profesiones y para nutrir sus inquietudes literarias en la gran urbe. Siendo yo Managua nacido y criado por azares del destino hice de Granada mi segunda casa y prueba de esta estrecha relación con la Gran Sultana son mis dos hijos Lenin Antonio y América Giselle, nacidos allá después del terremoto de 1972.
Alberto Cuadra Mejía se integró a “Los bandoleros” meses después de su regreso del Perú donde había cursado estudios en la Escuela Militar de Aviación de la Fuerza Aérea Peruana en “Las Palmas Barranco”. Cuenta Cuadra Mejía que se había equivocado de vocación y después de renunciar a la carrera castrense volvió a las letras para nunca dejar más a la poesía.
En Perú, Cuadra Mejía, tuvo información del prestigio del nicaragüense Norwin Sánchez Genie, quien ejerció el periodismo con éxito en Lima y fue amigo del ahora premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Sobre la relación con el nicaragüense ha hablado en diferentes entrevistas el nobel de literatura. Vargas Llosa lo incluyó como personaje en su novela Conversaciones en la Catedral. Norwin Sánchez regresó a Nicaragua en 1954. En una visita que hizo Vargas Llosa a Managua en la década del 70, preguntó por Sánchez Genie y le dieron la terrible noticia de que este había muerto trágicamente. Muerte que todavía es un misterio. En Perú este periodista y bohemio es una leyenda.
Después de publicar su primer libro “Los que muy pocos escribirían” en 1978 con el prólogo de Carlos Martínez Rivas, -edición que fue un éxito pese a la situación de guerra que vivía el país- Alberto Cuadra tuvo que esperar hasta 1982 para publicar una segunda edición corregida y aumentada de “Los que muy poco escribirían” con un prólogo sobre su prólogo de Carlos Martínez Rivas.
En 1988 publicó el poemario “Los siete Pelos del Caballo”. Ya en el exilio publicó en 1999 “Entre el barro y la Arena” y Tú pensamiento y el Mío-con su esposa Mirta Argüello- en 2018. Tiene inédito el libro político: Apuntes de una corrupción para no olvidar.
Finalmente, estos párrafos del prólogo de Carlos Martínez Rivas donde el laureado poeta dice: Ahora aparezco al frente del primer libro de poemas de Alberto Cuadra Mejía, pero advierto, no porque yo accediera a una petición suya, sino porque yo le solicite este espacio en su libro para hacer algunas breves y pocas reflexiones sobre ¿qué recepción espera en Nicaragua a un libro de poemas de un poeta joven o menos? La respuesta es negativa. Porque la proliferación de poetas no deja lugar al escrutinio, sino: a la aclamación incondicional compadrista, o al rechazo hostil y chocarrero, cuando el desconocido es un conocido no bienvenido…
En otro párrafo dice Martínez Rivas: Por eso no escribo prólogos ni hago crítica literaria. Para no sacar a ningún poeta de su íntimo núcleo; para no decirle “quien y como es” proponiéndole un tipo exterior a su interioridad.

Una muestra de los versos de Alberto Cuadra:

“El arco de las doce campanadas
llevan hacia ti
el carruaje de clavos blancos”

“Tú que no forzaste ninguna puerta
te serrucharon como tabla”

 

Un Poema:

El frio de la muerte
ha bajado silenciosa
entre el ahumado vidrio
ruidoso de la música
porque ha bajado la muerte
al pecho de la novia.

Tampa, Florida, Agosto 2021.